El folato, mejor conocido como ácido fólico, es un tipo de vitamina B y al igual que la vitamina B12, es necesario para la formación de los glóbulos rojos y para sintetizar el material genético de las células.
De acuerdo con Larry E. Johnson, especialista de la Universidad para Ciencias Médicas de Arkansas, la carencia de ácido fólico en mujeres embarazadas puede aumentar el riesgo de que el recién nacido presente un defecto de la médula espinal o del cerebro.
Dado que el organismo solo almacena pequeñas cantidades, una dieta que no lo contenga llevará a su carencia en pocos meses y en algunos casos podría causar un tipo de anemia similar a la producida por el déficit de vitamina B12, la cual provoca síntomas como palidez, debilidad, fatiga y, si es grave, dificultad respiratoria y mareos.
Además del embarazo, existen otros factores que pueden originar la deficiencia de ácido fólico, entre los cuales se encuentran: beber alcohol en exceso, la desnutrición, trastornos de malabsorción como enfermedad celíaca y el consumo de fármacos (algunos anticonvulsivos y los utilizados para tratar la colitis ulcerosa).
El exceso de cocción destruye entre el 50 y el 95 por ciento de esta vitamina de los alimentos, lo cual reduce la cantidad que se absorbe en el organismo, estimó el especialista.
La deficiencia de ácido fólico en el sistema fomenta manifestaciones clínicas como enrojecimiento y ulceración de la lengua, diarrea, pérdida parcial del sentido del gusto, pérdida de peso, incluso algunos pacientes pueden desarrollar depresión.
Este padecimiento se puede diagnosticar por medio de un análisis de sangre, en el que se detectan los valores de folato. También se mide la concentración de vitamina B12 para descartar un posible déficit, ya que podría dar lugar a anemia y a un agrandamiento de los glóbulos rojos.
Por último, el especialista resaltó que se puede prevenir esta deficiencia con una dieta que sea rica en alimentos que contengan esta vitamina o por medio de suplementos, pero solamente bajo recomendación médica.