Todos queremos acortar las distancias al momento de comunicarnos, pero hay efectos negativos en la salud por el uso, a veces exagerado, de las aplicaciones.
Datos de la Organización Mundial de la Salud revelaron que una de cada cuatro personas sufre de trastornos de conducta vinculados con las nuevas tecnologías y las aplicaciones.
En general, el estrés destaca como efecto de este fenómeno, particularmente con las aplicaciones móviles.
Un estudio publicado por el portal Nascia determinó que hay tres aplicaciones específicas que generan estrés en los usuarios, provocando alteraciones en los patrones de sueño, en las actividades rutinarias y en su salud.
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Mensajería instantánea
Aplicaciones como Whatsapp, Telegram y Messenger ocupan el primer puesto en la lista del estudio.
Según Nascia, solemos contestar 75% de los mensajes que recibimos al momento, pues según los códigos y estándares sociales no hacerlo implica ignorar al emisor, lo cual se considera una falta de respeto, y, evidentemente, esto genera presión en los usuarios y una “necesidad autoimpuesta de responder”.
Resaltan en el portal que el ser humano pasa al menos una hora de su día respondiendo mensajes, sin importar la hora o actividad en la que estemos en ese momento, lo cual hace que nuestras tareas se retrasen y se acumulen.
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Redes sociales
Hay un efecto negativo sobre las personas, primero por una creciente necesidad de estar informados a todo momento, por saber lo que hacen los demás y por contar lo que hacemos nosotros.
Se produce entonces una especie de competencia por demostrar quién tiene la mejor vida, los mejores lujos y por demostrar que todo está perfecto cuando en realidad no es así.
La comparación consciente o inconsciente con los demás puede generar frustración. Una reciente investigación en la que se estudió un grupo de 50 personas que viven completamente desconectadas de canales digitales determinó que viviendo fuera de las redes sociales son seres paradójicamente más sociales.
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Correo electrónico
Dentro de los lugares de trabajo esta herramienta es algo esencial para el desarrollo de nuestras actividades, por eso se mantiene abierto todo el tiempo por lo que lo revisamos varias veces al día para no dejar pasar algún pendiente, una urgencia o responder algo importante.
Nascia explica que responder correos también se ha vuelto otra tarea que hacemos de forma autoimpuesta y en consecuencia, esto genera presión, una necesidad de estar conectados permanentemente.