Veracruz, Ver. – Don Jorge no tuvo 350 pesos para pagar una atención de urgencias en la Cruz Roja de Veracruz; Camilleros lo vieron retorcerse por un dolor de riñones, pero no lo atendieron; faltaba el dinero.
Entre quejidos, el hombre de 61 años fue sacado a rastras por sus familiares para llevarlo en un taxi –que les fío la corrida- hasta un hospital que se compadeciera, pero no hubo tiempo. Jorge falleció entre gritos la madrugada del 10 de junio.
Por este hecho, la Cruz Roja despidió a cinco trabajadores que se negaron a brindarle atención médica. Pero eso, dicen los familiares de “El Mostro”, ahora no sirve de nada, pues él ya está muerto.
Es casi mediodía en la comunidad de La Aguada, municipio de Alvarado, e Ismael Salgado camina por la calle de terracería con dos latas de cerveza en las mano
El hombre robusto pasa frente al lugar donde el día anterior velaron a su padre, pero no voltea, sigue su camino por el terreno empedrado hasta llegar a un árbol de mango cuya copa forma una gran sombra que, mezclada con la humedad del lugar, genera un fresco que apacigua el bochorno.
El hombre y otro acompañante huelen a “crudo”, tienen los rostros hinchados y se ven ojerosos. Los dos tipos pasaron la noche en vela. Ismael y su amigo se quieren “curar” la resaca con más alcohol.
Salvo la hinchazón en el rostro y la cabellera despeinada, Ismael se mira entero; su semblante es de impotencia por la muerte de su padre.
Después de darle el primer trago a su helada cerveza Victoria, Ismael cuenta lo que ocurrió cuando a su papá lo rechazaron en la Cruz Roja; cuando tuvo que ser arrastrado para subirlo al taxi que lo regresó a morir en su casa.
El hermano y el sobrino de don Jorge fueron quienes trasladaron de emergencia en taxi, desde La Aguada hasta el puerto de Veracruz (a unos 24 kilómetros de distancia).
Relata que a las 11 de la noche del pasado 9 de junio su padre “se puso malo”, cuando su enfermedad renal empeoró. “El Mostro” tenía problemas en los riñones, uno de los órganos le dejó de funcionar; el otro estaba a punto de colapsar, le dolía el estómago, presentaba hinchazón en las piernas y para entonces ya retenía líquidos.
La madrugada del 10 de junio decidieron trasladarlo urgentemente a la zona conurbada Veracruz-Boca del Río porque en el rancho donde vivió sus últimos días no hay centro médico que atienda emergencias.
Don Jorge abordó con dificultad el taxi de un conocido de la familia que se ofreció a llevarlos al hospital.
El taxista arrancó motores y salió a toda velocidad del pueblo ubicado entre las comunidades de Antón Lizardo y Mandinga. Primero solicitaron ayuda con un médico familiar, pero no estaba disponible. La segunda opción – ellos pensaron que la más viable- era la Cruz Roja, cuyo hospital central se localiza sobre la avenida Díaz Mirón de Veracruz.
El dolor iba en aumento a cada minuto que pasaba. Aunque los familiares pensaron por un momento que la pesadilla terminaría en el hospital de la Cruz Roja, la realidad fue peor. En el edificio no aceptaron al enfermo por falta de dinero, 350 pesos por el ingreso a urgencias.
Cuando eran las 03:00 horas, “El Mostro” entró a la Cruz Roja, aunque para ese momento ya no soportaba el dolor, se quejaba, recuerda su hijo mientras da tragos a su cerveza.
El único riñón que le funcionaba estaba a punto de colapsar, no obstante, lo dejaron en sala de espera, sentado, pues el personal de la clínica le puso como condición a la familia que primero tenía que pagar en caja o de lo contrario lo debían llevar a otro lado.
En aquel momento, el hermano y el sobrino de Jorge no llevaban el dinero para pagar, no lograron juntar la cantidad que se les exigía, suplicaron a los trabajadores que atendieran al señor que se moría, con la promesa de que más tarde pagarían los 350 pesos, pero las súplicas fueron en vano.
“Siempre estuvo en la sala de espera y no lo atendieron, a fin de cuentas, hubo que sacarlo porque se cayó en el suelo y ¿qué hicieron? sacarlo, nadie lo apoyó, se pidió una silla de ruedas y nadie se la prestó y por eso lo arrastraron”.
Ismael apenas iba en camino a la Cruz Roja entregar el dinero, los 350 pesos, pero no pudo llegar a tiempo.
“No lo queríamos regalado, se le iba a pagar, pero qué gacho de ellos”, dice resignado mientras voltea de reojo hacia la cruz que fue colocada en la entrada de la vivienda donde velaron a su padre.
El video de la indiferencia
Eran las 03:30 horas del 10 de junio y “El Mostro” no aguantó más, el dolor en el estómago lo venció y se cayó al suelo del hospital ante la vista de todos, pero ningún trabajador de la Cruz Roja se acercó a auxiliarlo; lo dejaron a su suerte.
Al ver lo ocurrido, los empleados les pidieron a los familiares que se lo llevaran porque no iban a permitir que el hombre muriera en el edificio.
Una persona que en ese momento se encontraba afuera de urgencias, sobre la avenida Díaz Mirón, grabó con su celular un video cuando el hermano y el sobrino de Ismael sacaron a Jorge, quien ya iba inconsciente.
Las imágenes se compartieron en redes sociales y esto despertó la indignación de todos, en los comentarios criticaron que el trato del personal de la Cruz Roja con alguien que estaba muriendo.
“Y pues no se vale, la verdad, porque ni una silla de ruedas le dieron para sacarlo porque no lo atendieron, no se la prestaron, tuvieron que sacarlo arrastrando, así como se ve en el video. Estaba un médico en la esquina que no fue ni para arrimarse y ayudar, no sé por qué, pero no se vale”, expresa el hijo.
Ismael dice que el Hospital General de Alta Especialidad de Veracruz no era opción en ese momento por temor al alto número de pacientes con covid-19.
Resignados decidieron llevar a Jorge de regreso al pueblo de La Aguada para que pasara sus últimos momentos en casa, pues no había nada más que hacer, la muerte era inevitable y todos lo sabían.
“Ya estaba muy mal mi papá, la verdad que sí, en la mañana (del 10 de junio) me hablaron y él ya vomitaba sangre y no tuvo ni una atención allá (en Cruz Roja) y con todo el movimiento se le complicó”.
El hijo de “El Mostro” no culpa a la Cruz Roja de la muerte de su padre porque dice ser consciente de que ya iba muy grave de salud, que las posibilidades de salvarle la vida eran pocas, pero lamenta no haberle ofrecido una muerte menos dolorosa
A Ismael le resulta contradictorio que la Cruz Roja sea considerada una institución no lucrativa, de interés social y voluntaria que presta auxilio a la población que se encuentra en riesgo o en desastre.
Más aun, dice, que sea una organización que cada año lanza una “colecta nacional” para recaudar fondos que posteriormente se destinarán al mejoramiento de sus hospitales y de sus servicios.
“No se vale porque ellos luego vienen boteando y uno les da la monedita, eso y el otro, en caseta y uno siempre está con ellos. Cuánto dinero no le dan y como quiera, al fin de cuentas le cobran a uno, porque uno iba a pagar, no iba a pedir regalado. La verdad no es lo que dice ser”.
Cruz Roja despide a personal que atendió a Jorge
Desde que ocurrieron los hechos (10 de junio) y hasta el momento de la entrevista, nadie de la Cruz Roja Mexicana Delegación Veracruz había llamado por teléfono a la familia de Jorge para pedir disculpas por el trato que recibió.
El jueves 11 de junio, la “benemérita institución” informó que fueron dados de baja dos elementos de una compañía de seguridad que estuvieron presentes, así como a tres colaboradores que faltaron a sus deberes laborales permitiendo la situación que se observa en el vídeo que circula en las redes sociales.
“Mucho nos apena esta situación y entendemos el estrés que tiene nuestro personal, pero no podemos pasar por alto una falta tan grave”, explicó en un breve mensaje la directiva del hospital para justificar el motivo por el cual fueron removidos los trabajadores.
“Dicen que sacaron a las personas y que les dieron cambio, pero lo único que hacen es cambiarlos de lugar para que no los veamos ahí mismo, ahí siguen, pero bueno”, dijo Ismael al enterarse de la medida que tomó la Cruz Roja.
El joven aclara que no tiene pensado proceder legalmente en contra de la institución, dice que no tiene caso, pues nada de lo que haga traerá de regreso a su papá.
“No pues ya ahí muere, ya qué le hacemos, a fin de cuentas, mi papá ya está fallecido”.
Reconoce Cruz Roja que cometió un error
A nombre de la institución, Oswaldo Ficachi Figueroa, presidente del consejo local de la Cruz Roja Delegación Veracruz-Boca del Río, lamentó lo ocurrido con Jorge Salgado, reconoció que hubo falla en los protocolos de atención cuando el paciente empeoró, pero asegura que nunca se le negó el servicio por falta de dinero.
“La realidad es que es un suceso muy lamentable, que incluso a nosotros nos llevó a tener que prescindir de cinco trabajadores, porque en efecto hubo una falla en el protocolo de atención”, explicó en entrevista.
Comentó que desconoce el nombre de los familiares y por lo mismo no ha podido comunicarse con ellos para ofrecerles una disculpa. Asimismo, dijo que nunca imaginó la dimensión que alcanzaría el suceso, sin embargo, dadas las circunstancias, se optó por dar de baja a cinco trabajadores (2 guardias y 3 empleados) que no actuaron correctamente.
“Nunca me imaginé que esto trascendiera, al ver los videos lo único delicado y todo lo que parece indebido es que la persona está en el suelo. ¡Eso es imperdonable, para todos! O sea, nadie puede arrastrar a alguien en esa condición de salud cuando tenemos sillas de ruedas, camillas.
“Hay una falla muy seria de nuestro personal y es lo que lamentablemente a mí me llevó a tomar la decisión de cancelar la relación laboral, porque no puedo permitir, por un simple sentido de humanidad, que ningún colaborador vea a alguien en el piso y no haga algo, cuando en el área de urgencias había médicos y enfermeras, paramédicos”.