El país ocupó el número 25 de la lista, mientras que en 2013 y 2015 estuvo en noveno lugar.
Índice de Confianza de Inversión Extranjera Directa (IED) Kearney 2020 reveló este martes que México ya no se encuentra dentro de los primeros 25 destinos prioritarios para recibir IED a nivel mundial.
“Esto refleja que los inversionistas consideran que México es un destino menos atractivo para la Inversión Extranjera Directa respecto a otros países”, explicó Erik Peterson, director general del Global Business Policy Council y coautor del estudio.
Esta es la segunda ocasión desde la creación del índice en la que México se encuentra fuera; lo estuvo previamente en 2011.
Durante 2019, el país ocupó el lugar número 25 de la lista, mientras que históricamente, la mejor posición se registró en 2015 y 2013, años en los que México se situó en noveno lugar a nivel global.
Erik Peterson señaló que a pesar de la ratificación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y el efecto nearshoring, México necesita reenfocar sus esfuerzos para recuperar la confianza de los inversionistas extranjeros.
Además, los efectos de la pandemia del COVID-19 también provocarán que los inversionistas prioricen mercados desarrollados, por lo que se espera un distanciamiento de economías emergentes y fronterizas.
“Los mercados emergentes y fronterizos sufrirán mucho más a manos del COVID-19. Está en juego una confluencia de factores, que incluyen infraestructura médica inadecuada, opciones fiscales limitadas, sobreendeudamiento significativo y niveles más altos de pobreza en general”, apuntó.
El primer lugar del ranking fue, por octavo año consecutivo, para Estados Unidos, seguido de Canadá, Alemania, Japón, Francia, Reino Unido, Australia, China, Italia y Suiza.
“Aunque China sigue siendo el mercado emergente mejor posicionado en el Índice, distinción que ha mantenido consistentemente desde 1999, este año cayó a su posición más baja en la historia del Índice”, resaltó el estudio.
El documento detalló que al comienzo de la encuesta, antes de la propagación del virus, los líderes empresariales se mostraban optimistas respecto a la economía global y el futuro de la inversión extranjera directa ya que el COVID-19 parecía estar contenido en Asia.