El acuerdo correspondiente fue firmado el 29 de julio y prevé el suministro de un mínimo de 150 mil unidades del medicamento ruso.
Ciudad de México, 3 de agosto. –Rusia suministrará el fármaco Avifavir diseñado para los pacientes que padecen el nuevo coronavirus a Argentina, Bolivia, Ecuador, Uruguay, Paraguay, Honduras y El Salvador, ha anunciado este lunes el Fondo de Inversión Directa de Rusia (RDIF).
El acuerdo sobre las ventas en siete países latinoamericanos fue firmado entre la compañía Kromis, perteneciente al RDIF y al grupo JimRar que creó el fármaco, y la compañía boliviana Sigma Corp S.R.L. el 29 de julio. El documento prevé el suministro de un mínimo de 150 mil unidades de Avifavir, y el socio boliviano recibirá la tecnología de la elaboración del medicamento.
El 29 de mayo, el Avifavir recibió un certificado de registro del Ministerio de Salud de Rusia y se convirtió en el primer medicamento contra el SARS-CoV-2 en el mundo que contiene el ingrediente activo favipiravir. Actualmente el fármaco está incluido en la lista oficial de pautas para la prevención, diagnóstico y tratamiento de la COVID-19 en el país.
¿QUÉ ES EL AVIFAVIR?
Según las autoridades sanitarias rusas, el medicamento, que se basa en el antiviral favipiravir, “demostró una alta eficiencia” durante la primera etapa de los ensayos clínicos. En los primeros cuatro días de tratamiento, el 65 por ciento de los 40 pacientes que tomaron Avifavir dieron negativo a la COVID-19 y para el décimo día, el porcentaje de pacientes que dieron negativo aumentó al 90 por ciento.
No se trata de una creación totalmente rusa, ya que el favipiravir ya se utilizaba en Japón desde 2014 para tratar la gripe, pero ahora lo pueden fabricar no sólo las compañías que contaban con la patente, sino todas las demás, una circunstancia que ha sido aprovechada por los científicos rusos.
El fabricante de Avifavir afirma que durante los ensayos clínicos el medicamento demostró su capacidad de interrumpir los mecanismos de replicación del nuevo coronavirus, aliviar los síntomas y reducir a la mitad el transcurso de la enfermedad en comparación con una terapia estándar.
En la primera etapa de la investigación participaron tan sólo 60 personas, pero estas conclusiones se basan en tres ensayos clínicos independientes que se llevaron a cabo en 35 centros médicos de Rusia con la participación de 700 pacientes con la COVID-19 en total.