Cuando alguien se está atragantando y esto impide el paso del aire, en cuatro minutos puede sufrir daño cerebral permanente o morir asfixiada.
En los Estados Unidos, antes de que el doctor Henry Heimlich desarrollara una técnica para dar los primeros auxilios en estos casos, el atragantamiento ocupaba el sexto lugar entre las causas de muerte accidental.
Hay tres formas de ayudar a alguien que se ha atragantado
Una es seguir la técnica de Heimlich.
Dar a la persona que se está atragantando varios golpes fuertes y secos en la espalda, entre los omóplatos, con la base de la mano. La cabeza de la víctima debe estar más baja que el tronco para que los golpes no vayan a introducir más el cuerpo extraño en lugar de expulsarlo.
En muchos casos, la tráquea no está totalmente obstruida y el accidentado puede obtener suficiente aire para aguantar más de cuatro minutos si respira despacio.
Si ninguna de las medidas anteriores ha dado resultado, calma a la persona que se está atragantando y haz que respire lenta y tranquilamente mientras la llevas al hospital.
Por otra parte, no hay que confundir un atragantamiento con un ataque cardiaco; el que sufre un ataque cardiaco puede hablar, el atragantado no.
¿Cómo se da respiración artificial?
Hay varios métodos para restablecer la respiración cuando se ha detenido debido a un accidente, asfixia, estrangulación, un paro cardiaco, una sobredosis de medicamentos o un choque eléctrico.
La respiración artificial permite que el organismo de la víctima cuente con suficiente oxígeno hasta que pueda respirar por sí misma o se le aplique un respirador mecánico.
El método de respiración artificial más conocido y ampliamente utilizado es el de boca a boca
Acuesta al accidentado sobre la espalda y levántale el cuello para que la cabeza quede inclinada hacia atrás lo más posible. Tápale la nariz apretándosela con dos dedos y espira sobre su boca a razón de 12 veces por minuto (20 veces si se trata de un niño), soplando con la suficiente fuerza para que el pecho se le levante visiblemente, como si estuviera respirando por sí mismo.
Algunas veces la víctima comienza a respirar después de tres horas de haberle estado dando respiración artificial y cuando ya se consideraba inútil todo esfuerzo. Por eso, el personal de primeros auxilios está entrenado para poder continuar su extenuante labor mientras haya la más leve esperanza de que la víctima responda.
La respiración artificial mecánica se aplica mediante un respirador, que insufla con fuerza aire en los pulmones a través de un tubo que se introduce a la traquea por la boca. El respirador hace el trabajo que normalmente harían los músculos respiratorios.