Una hembra de alce blanco fue asesinada por cazadores y sus restos fueron abandonados en una carretera en la provincia de Foleyet, Canadá.
El asesinato del alce blanco originó indignación en Canadá, especialmente de la nación indígena yurok.
Los yurok consideran que los alces blancos son “espíritus sagrados” que mantienen el equilibrio de los seres humanos con la tierra, por lo que matar a uno es inmoral.
Las autoridades de Foleyet no han encontrado a los responsables que dejaron el cuerpo del animal junto a una carretera el 5 de noviembre. Los indígenas ofrecen 6 mil dólares estadounidenses como recompensa por información de los asesinos.
“Me entristece que alguien matara a un animal tan hermoso. Nadie sabe cuántos hay, así que la pérdida de uno solo de estos espíritus es demasiado. Todo el mundo está indignado y triste. ¿Por qué le dispararon?”, lamentó Murray May jefe de la nación indígena yurok.
Los alces no son albinos, pero algunos tienen un gen recesivo que vuelve su pelaje de color blanco. Los pueblos originarios de la región consideran que los animales blancos como el bisonte, los cuervos y los osos son sagrados, por lo que no deben ser dañados.
Aunque el avistamento de alces blancos ha reducido en los últimos 40 años, estos ejemplares recobieron protección legal especial hace 7 años.
La prohibición de matar alces blancos surgió en 2013 luego de que tres casadores mataron a un ejemplar y enfurecieron a la nación Mi’kmaq. Los cazadores regresaron el cuerpo del alce, excepto la cabeza y la cornamenta que se quedaron como ‘trofeo’.
En las carreteras de la región de Foleyet hay decenas de letreros que recuerdan que matar alces blancos está prohibido.
Se unen para encontrar a los asesinos del alce blanco
Además de la recomensa de 6 mil dólares estadoundenses que ofrece la nación yurok para encontrar a los culpables, una empresa local ofreció otros dos mil dólares.
“Es agradable ver a algunas personas unirse para tratar de convertir esta lamentablemente en algo positivo”, dijo Murray May.