Cientos de residentes han sido evacuados de las zonas de peligro, pese al confinamiento decretado en Perth por la covid-19.
Los bomberos australianos tratan de sofocar las llamas de este gigantesco incendio de 75 kilómetros de perímetro que se originó el pasado lunes al noreste de la ciudad de Perth, la cuarta más poblada del país. Los vientos, de más de 70 kilómetros por hora, han avivado aún más las llamas que han duplicado en poco tiempo el terreno arrasado.
El fuego, que comenzó en la localidad de Wooroloo, ya ha quemado más de 7.000 hectáreas de terrenos y ha obligado a evacuar a cientos de residentes de las zonas de peligro, pese al confinamiento decretado en Perth por la covid-19. La gran mayoría de los dos millones de habitantes de la ciudad continuarán cumpliendo las medidas de confinamiento decretadas por cinco días, hasta el viernes, tras detectar un el primer contagio comunitario del virus en el país en 14 días.
Las autoridades australianas han elevado a 71 el número de viviendas calcinadas por el enorme incendio forestal que sigue ardiendo sin control en el suroeste del país. «Confirmamos que se han calcinado 71 viviendas. Es un golpe devastador», ha señalado Peter Sullon, un funcionario del Departamento de Servicios de Incendios y Emergencia del estado de Australia Occidental, a la cadena ABC.