El Parlamento español aprobará definitivamente este jueves la ley que despenaliza la eutanasia y la regula como una nueva prestación del Sistema Nacional de Salud, que podrán solicitar aquellas personas que padezcan una enfermedad grave e incurable con un sufrimiento físico o psíquico constante e intolerable.
El pleno del Congreso decidirá sobre las enmiendas parciales incorporadas por el Senado y la norma, tramitada a propuesta del gobernante Partido Socialista, entrará en vigor dentro de tres meses.
Con esta ley, las personas mayores de edad que sufran “una enfermedad grave e incurable” o un “padecimiento grave, crónico e imposibilitante” que afecte a la autonomía y que genere un “sufrimiento físico o psíquico constante e intolerable” podrán solicitar la prestación de la ayuda para morir.
Cada caso será supervisado por una Comisión de Garantía y Evaluación creada en cada región.
El afectado podrá recibir la eutanasia unas 5 semanas después de solicitarla, tras ser informado de las distintas alternativas y de los cuidados paliativos disponibles y después de confirmar la voluntad de morir al menos en 4 ocasiones a lo largo de todo el proceso.
La ayuda para morir podrá realizarse tanto en centros sanitarios -públicos, privados o concertados- como en el domicilio del enfermo y la ley contempla la objeción de conciencia para los profesionales sanitarios.
Esta es una cuestión polémica en España desde hace años, tanto política como socialmente. De hecho, el proyecto legislativo ha tenido que salvar la oposición frontal del conservador Partido Popular (PP) y Vox (extrema derecha), que la recurrirán en el Tribunal Constitucional, según anunciaron este miércoles.
España se convertirá en el séptimo país del mundo donde la eutanasia es legal, tras Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Colombia, Canadá y Nueva Zelanda.