Francisco tenía 20 años cuando llegó a Estados Unidos con la esperanza de encontrar un buen trabajo. Hace casi un mes que ocurrió su asesinato y las autoridades, tanto consulares como de la Policía local, no han brindado ningún avance a la familia del migrante nahua.
Ciudad de México, 14 de abril .– Un hombre indígena nahua de 29 de años de edad que trabajaba como repartidor de comida en Nueva York, Estados Unidos, fue asesinado mientras se dirigía a entregar un pedido al noroeste de Manhattan.
Francisco Villalba Vitinio, originario de Guerrero y migrante mexicano que residía en el país vecino del norte desde hace unos nueve años, no pudo entregar el pedido que llevaba a la parte trasera de la Escuela Pública No. 38, que se ubica entre áreas de estacionamiento, parques y edificios multifamiliares, según relata el periodista Heriberto Paredes para el diario guerrerense de El Sur.
Los hechos ocurrieron el pasado lunes 29 de marzo alrededor de las 23:00 horas. Villalba transitaba a bordo de su bicicleta, la cual ocupaba para trabajar, cuando recibió al menos tres disparos con arma de fuego.
El reportero contó a El Sur que, de acuerdo con las autoridades, el propósito del atraco era quitarle sus pertenencias, en especial su bicicleta. Sin embargo, ésta fue encontrada tan sólo unos metros más adelante con la cadena suelta.
Fue en 2012 cuando el joven llegó a Estados Unidos, a los 20 años, y se enfocó en buscar trabajo. En 2019 se unió las filas de los repartidores de comida por aplicación, más conocidos como “delivery boy“, o “deliveris”, en EU.
“Era muy trabajador, no se metía con nadie, trataba de evitar los problemas”, describió Pedro, el hermano menor de Francisco, al reportero Paredes.
De acuerdo con la información publicada en el diario El Sur, Pedro tiene 24 años de edad y llegó a EU hace tres años con la idea de trabajar y juntar dinero para construir una casa en su pueblo natal para vivir con su esposa y su hija.
“El día que lo mataron a mi hermano lo vi antes, nos cruzamos, le pregunté cómo estaba y me dijo que bien, que todo tranquilo. Él y yo trabajamos por esta zona de East Harlem, por eso nos encontrábamos seguido”, contó el joven.