Al menos un joven murió durante una protesta que terminó con la quema del Palacio de Justicia del municipio de Tuluá, en el suroeste de Colombia, epicentro del sangriento estallido social que sacude al país desde hace un mes.
Camilo Andrés Arango, un universitario de 18 años, falleció al parecer por una herida de “arma de fuego”, informó ayer miércoles el general Jorge Vargas, director de la Policía Nacional en una rueda de prensa.
Los hechos se produjeron la noche del martes (25), cuando una protesta pacífica fue interrumpida por 2 hombres que atacaron con piedras a los uniformados y la emprendieron contra la sede judicial.
Según el funcionario, el cuerpo del joven fue llevado a un centro asistencial sobre las 10 de la noche. Otros 2 civiles también recibieron disparos en medio de la violenta jornada, que dejó además 18 comercios saqueados, entre ellos un local de vehículos de donde fueron robadas 60 motocicletas.
La policía no reveló pistas sobre los responsables de los disparos.
El estudiante fallecido se suma a las 43 víctimas mortales en casi un mes de protesta contra el gobierno del conservador Iván Duque, según el conteo de la Defensoría del Pueblo (ombudsman).
La ONG Human Rights Watch asegura tener 61 “denuncias creíbles” sobre muertes “ocurridas desde que comenzaron las protestas”, de las cuales ha podido verificar que 24 “tienen relación con las manifestaciones”. Se trata de 22 civiles y 2 policías.
Fuente /El Informador