A través de la OSIRIS-REx, NASA pudo investigar la órbita del asteroide del tamaño de un rascacielo y el problema que podría ocasionar una leve desviación de órbita.
La agencia espacial estadounidense (NASA) dio a conocer el resultado del estudio “Evaluación de efemérides y peligros del asteroide cercano a la Tierra (101955) Bennu basado en datos de OSIRIS-REx“, donde se revelan detalles de la trayectoria de un objeto celeste del tamaño de un rascacielo que podría impactar a nuestro planeta en 2135.
Publicado la semana pasada, los investigadores de la NASA utilizaron datos de seguimiento de precisión del asteroide Bennu, relevados por instrumentos ubicados en la nave espacial OSIRIS-REx (Origins, Spectral Interpretation, Resource Identification, Security-Regolith Explorer) para comprender mejor los movimientos del objeto celeste potencialmente peligroso.
A través del estudio, los especialistas indican que el fenómeno podría registrarse hasta el año 2300, por lo tanto pretenden reducir la incertidumbre relacionada con su órbita futura, ya que se trata de un asteroide del tamaño de un rascacielo y por lo tanto su peligrosidad.
“La misión de Defensa Planetaria de la NASA es encontrar y monitorear asteroides y cometas que pueden acercarse a nuestro planeta y pueden representar un peligro para la humanidad”, dijo Kelly Fast, gerente de programa del Programa de Observación de Objetos Cercanos a la Tierra en la Sede de la NASA en Washington a través de un comunicado.
El asteroide tamaño rascacielo podría impactar la Tierra
Los cálculos indican que en 2135 el asteroide Bennu se acercará a la Tierra. Aunque el objeto cercano no representará un grave peligro para nuestro planeta en ese momento, los científicos deben comprender la trayectoria exacta de Bennu durante ese encuentro, para predecir cómo la gravedad de la Tierra alterará la trayectoria del asteroide alrededor del Sol, causando un posible peligro de impacto con la Tierra.
Utilizando la Red de Espacio Profundo de la NASA y modelos informáticos de última generación, los científicos pudieron reducir significativamente las incertidumbres en la órbita de Bennu, determinando que su probabilidad de impacto total durante el año 2300 es de aproximadamente 1 en 1750 (o 0.057%).
Los investigadores también pudieron identificar el 24 de septiembre de 2182 como la fecha única más significativa en términos de un impacto potencial, con una probabilidad de colisión de 1 en 2700 (o aproximadamente 0.037%).
Aunque las posibilidades que el asteroide tamaño rascacielo golpee la Tierra son muy bajas, Bennu sigue siendo uno de los dos objetos celestes conocidos más peligrosos de nuestro sistema solar, junto con el llamado 1950 DA.
Antes de partir de Bennu el 10 de mayo de 2021, OSIRIS-REx pasó más de dos años muy cerca del asteroide tamaño rascacielo, recopilando información sobre su tamaño (tiene aproximadamente 500 metros de ancho), forma, masa, y composición, mientras se monitorea su giro y trayectoria orbital.
En este sentido, la nave espacial también tomó una muestra de roca y polvo de la superficie del asteroide, que entregará a la Tierra el 24 de septiembre de 2023 para una mayor investigación científica.
Las mediciones de precisión en Bennu ayudan a la NASA a determinar mejor cómo evolucionará la órbita del asteroide tamaño rascacielo con el tiempo y si pasará por un “ojo de cerradura gravitacional” durante su aproximación cercana en 2135. Estos ojos de cerradura son áreas en el espacio que pondrían a Bennu en un camino hacia un futuro impacto con la Tierra si el asteroide pasara a través de ellos en algún momento, debido al efecto de la atracción gravitacional de la Tierra.
Para calcular exactamente dónde estará el asteroide durante su aproximación cercana en 2135, y si podría pasar a través de un ojo de cerradura gravitacional, Farnocchia y su equipo evaluaron varios tipos de pequeñas fuerzas que pueden afectar al objeto mientras orbita el Sol. Incluso la fuerza más pequeña podría desviar significativamente su trayectoria orbital con el tiempo.
El equipo también consideró muchas otras fuerzas perturbadoras, incluida la gravedad del sol, los planetas, sus lunas y más de otros 300 asteroides, además del arrastre causado por el polvo interplanetario, la presión del viento solar y los eventos de eyección de partículas de Bennu.
FUENTE/ FORBES