Sin bailes ni botargas, inicia en CDMX la vacunación contra covid-19 a menores con comorbilidades

Sin bailes ni botargas, inicia en CDMX la vacunación contra covid-19 a menores con comorbilidades

Algunos menores mostraron reacciones de rechazo como miedo, llanto, gritos y forcejeo, lo que puso en dificultad a padres y tutores.

En silla de ruedas, carriolas o muletas, a paso lento, del brazo de sus padres o por su propio pie, cientos de menores de entre 12 y 17 años con diferentes comorbilidades acudieron este lunes a recibir la primera dosis de la vacuna Pfizer contra el covid-19, en las dos sedes que instaló el gobierno de la Ciudad de México.

Padres entrevistados por Proceso afuera de la macro sede de la Biblioteca Vasconcelos calificaron como “muy rápido y bueno” el proceso de vacunación, pero coincidieron en que las autoridades deberían abrir la inmunización a todos los menores, no sólo a los que tienen capacidades especiales, sobre todo ahora que regresaron a la escuela, para que estén más protegidos.

En tanto, la autoridad sanitaria pidió a los padres y tutores informarse mejor sobre las 40 comorbilidades “graves a severas” indicadas por la Secretaría de Salud federal (Ssa) para aplicar la dosis a menores, con el fin de que no acudan a la sede si no cumplen con el requisito, pues no serán vacunados y sólo los arriesgarán al sacarlos a la calle.

Marisela, madre de Enrique, de 14 años y con distrofia muscular, comentó que el proceso de registro en la plataforma de la Ssa fue “rápido”, aunque subrayó que hubo confusión en los avisos para las fechas de aplicación “y hablamos a Locatel y nos dijeron que no sabían nada”.

En la página de internet, añadió, “no daba la opción para bajar el consentimiento informado, pero aquí a la mera hora no lo pidieron”. Y sobre la opción de que sus hijos reciban la dosis sin tener que interponer un amparo, agregó: “está bien, porque si fuera así, no lo hubiéramos hecho (la vacunación)”. Lo único que no les gustó, dijo, es que “no los pusieron a bailar como a los adultos ni hubo botargas”.

Patricia Durán, madre de Hiromi Estrella, de 17 años y con parálisis cerebral espástico con retraso psicomotor, se congratuló de que el gobierno decidiera vacunar a los menores con comorbilidades, pues “ellos tienen las defensas más bajas y son más propensos a que les dé esta enfermedad. Yo digo que el gobierno hubiera empezado con las personas de la tercera edad y ellos como segundo grupo, porque ellos necesitan más la vacuna que nosotros”.

Héctor Alvarado, padre de Héctor, quien tiene 13 años y padece epilepsia, coincidió: “platicando con mi hijo, decimos que hubiera sido ideal que vacunaran a todos los niños, no nada más para los que tienen un detalle, sino para todos. El virus no define grande, chico, tengas o no tengas comorbilidad, eso debe ser para todos”.

Abril, de 17 años y con Síndrome de Turner –que conlleva a otras enfermedades como hipertiroidismo y diabetes– sostuvo que se levantó nerviosa al saber que hoy recibiría la vacuna, pero apenas sintió un poco de dolor al recibirla. “Nos explicaron bien los efectos que puede tener y estoy contenta, me siento más protegida”, aseguró.

Pediatras especializados

Desde el primero de los cuatro días en que se aplicará la vacuna a menores con comorbilidades, en la macro unidad de la Biblioteca Vasconcelos participan médicos y enfermeras pediatras especializados en el tratamiento de pacientes con diferentes comorbilidades, para darles una mejor atención, informó Sandrin Rivera Hernández, directora de la Jurisdicción Sanitaria en Cuauhtémoc.

Y es que en el sitio se observó a algunos menores que mostraron distintas reacciones de rechazo a la vacuna, como miedo, llanto, gritos y forcejeo, lo que puso en dificultad a sus padres y tutores en algunos casos.

La también coordinadora de esa macro unidad detalló que, por ejemplo, “los niños autistas se estresan cuando hay mucha gente o mucho ruido, se sientes amenazados. Tratamos de tener mucho cuidado con estos casos y hacer mucha contención. Si se necesita, los llevamos a un área independiente y con menos personal, que sí puede contener la situación, para que no haya tanto estrés o se pongan violentos, o en riesgo ellos mismos al recibir la inyección”.

Agregó que los niños con Síndrome de Down “de pronto pueden ser muy sensibles al estrés, a condiciones externas, pero las enfermeras están habituadas a este trato de niños y de población vulnerable y tienen los mecanismos para poder contener. Tenemos médicos pediatras que nos apoyan mucho en este manejo de pacientes”.

La funcionaria destacó que ese personal proviene de las clínicas de especialidad con las que cuenta la Jurisdicción, además de que tienen una ambulancia especializada que puede hacer traslados inmediatos al Hospital Infantil para atenciones de urgencias.

Piden revisar lista de comorbilidades

Rivera Hernández comentó que, en el primer día de vacunación, alrededor de 30% de los menores llevados por sus padres o tutores no pudieron ser vacunados porque no cumplían con el requisito de padecer alguna de las comorbilidades señaladas por la SSA.

“Están acudiendo varios que no cumplen con los criterios, sobre todo de severidad de la enfermedad. Por ejemplo, muchos con asma leve, controlada, sin mayor problema, y eso no entra en estos criterios. O bien, tienen sobrepeso, pero ese no es un criterio, sólo una obesidad grado tres o ya una obesidad mórbida”, detalló.

Luego invitó a los padres y tutores “a que revisen muy bien los diagnósticos para que eviten vueltas innecesarias; que se documenten y vean el por qué estos diagnósticos sí lo justifican y casos leves no”.

La prioridad ahora, subrayó, es “atender a niños con vulnerabilidad que tienen mayor riesgo a tener cuadros graves o defunciones en caso de que les dé covid. Ya habrá otros momentos en tener abierta más la vacunación a todos los menores”.

Fuente / Proceso

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