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La apertura de la iglesia católica hacia las familias de las personas desaparecidas es un logro que ayudará a sensibilizar a la sociedad en este flagelo, sin embargo esto fue posible luego de que su comunidad eclesial y autoridades resultaron lastimadas por la violencia, indicó la integrante del colectivo “Esperanza del Reencuentro” María Antonieta Muñoz Roa.
La exigencia de paz por parte de la iglesia católica hacia el presidente de México, las y los gobernadores, así como presidentes municipales, y a los encargados de impartir justicia es un logro, afirmó.
“Es un logro que la iglesia este pidiendo, exigiendo a quienes gobiernan que hagan su labor, es otro paso más porque ellos están pidiendo que se haga justicia, que haya verdad, no sólo la justicia divina, sino la que debe haber aquí, que es muy difícil pero esperamos encontrarlos como sea” dijo.
Las familias esperan que la apertura de la iglesia católica abone a la buena voluntad de las y los feligreses así como de los medios de comunicación que en ocasiones los han discriminados por tener a un familiar desaparecido.
“Son muchos años de ser invisibles para ellos. Si éramos discriminadas, rechazadas por la sociedad en general incluso reporteros; recuerdo una conferencia de prensa a mí se me atacó diciendo en qué estaba metido su hijo, su hijo era esto, era el otro. Hubiera sido lo que haya sido a nadie se le quita la vida, ni desaparecerlos para que nosotros vivamos en una angustia constante, sin sueños, sin paz” lamentó.
Este domingo, en la misa de mediodía oficiada por el arzobispo de Xalapa, Jorge Carlos Patrón Wong, fueron recibidas en la catedral metropolitana las familias de personas desaparecidas.
Patrón Wong, señaló que la Catedral Metropolitana se sumó a la jornada por la paz que se lleva a cabo a nivel nacional para que cese la violencia y la impunidad.
Al encabezar la homilía dominical, expresó que en todas las parroquias del estado y del país se realiza una jornada de oración por los hermanos y hermanas desaparecidos y las familias que sufren por este hecho.
Al respecto, Muñoz Roa refirió que durante años, las Familias habían solicitado a la iglesia católica la celebración de misas, sin embargo la autoridades de las Arquidiócesis se negaban a recibirlas.
“Es un logro para sensibilizar a la sociedad. La iglesia estaba muy cerrada en ese tema, no se mencionaba, incluso decían que una misa para desaparecidos no, porque no se sabía en qué estado se encontraban, no se sabía nada de ellos”, refirió.
Lamentó que la violencia e inseguridad en México causó daño a los sacerdotes y a la comunidad católica, lo que les hizo pensar de forma diferente.
“Ellos han sufrido ataques de violencia y están tomando más conciencia del dolor de las familias, es de gran ayuda porque va mucha gente a misa, es hacer conciencia a que todos estamos expuestos, a todos nos puede pasar” dijo.
Las madres de personas desaparecidas se congratularon de saber que las misas no sólo se podrán hacer en Xalapa, sino en todo el país como parte de la Jornada por La Paz.
“Es una apertura que da la Arquidiócesis de México, a nivel nacional y las iglesias que se sumaron en Xalapa.
No ha sido en vano tanta lucha, que ya volteen a vernos, pero a raíz de que ellos también lo están viviendo, somos escuchadas. Pedimos que se unan en oración por los familiares desaparecidos, nosotras seguiremos exigiendo la justicia y la verdad” expresó.
La acción de que un arzobispo las reciba en la catedral metropolitana tiene un significado de fe y esperanza, así también es visibilizar el problema de las desapariciones y que la comunidad católica se sensibilice con las familias que buscan a sus seres queridos.
“Para nosotros es una ayuda, que nos den una palabra de aliento es mucho, cómo cuando estamos en la plaza Lerdo (en manifestaciones) y pasan de largo sin que se detengan, hay más respuesta en ese sentido, de estar ahí en ese lugar” expuso.
Muñoz Roa recordó que en el pasado solicitó una misa para hacer oración y encontrar a su hijo Guillermo Muñoz Roa desaparecido el 16 de noviembre del 2011 en Xalapa, cuando se encontraba con Arturo Ramírez Villalba – sobrino del entonces procurador de Justicia en Veracruz, Felipe Amadeo Flores Espinosa- y el único que apareció en ese entonces fue el familiar del funcionario cercano al exgobernador Javier Duarte de Ochoa.
Cada vez que una familia solicitaba una misa para uno de los Desparecidos o desaparecidas, las autoridades eclesiales se negaban a realizarla.
“Uno tenía que ver cómo llegar con la persona más alta, llegábamos a pedir misa a la catedral y nos decían que el padre no está, no se encuentra, no se puede, yo pedí ayuda a una religiosa, nos mandaron al Seminario Mayor, ella habló con el arzobispo y dio autorización pero después de muchas idas, vueltas fue cómo se logró” dijo.
Finalmente María Roa afirmó que ha pertenecido a la iglesia católica toda su vida y es su fe la que le ha ayudado a continuar la búsqueda de Guillermo, -con empleo de repartidor de lácteos y con edad de 32 años en el 2011, hoy con 43 años.
“Cómo madres buscamos consuelo, después de tantos años el dolor no disminuye, tenemos la herida que no puede cerrar y si cierra nos queda la cicatriz esa herida está ahí, no sana, buscamos el apoyo a través de la oración soy muy creyente y no he perdido la fe, la esperanza de encontrar a mi hijo, sea cual sea la voluntad del señor” finalizó.
Con información de: XEU
