By 
En la misa se rezó por la memoria de los sacerdotes que han sido víctimas del crimen
Un grupo de sujetos armados pertenecientes al crimen organizado amenazó al sacerdote, José Luis Segura Barragán. Los hechos ocurrieron el pasado 22 de julio en la capilla de Zipoco, en un pueblito del municipio de Santa María del Oro.
De acuerdo con lo narrado por el mismo sacerdote, nueve hombres armados ingresaron a dicha capilla en plena misa, pero decidió no expulsarlos para no interrumpir la misma.
Cuando dimos la segunda llamada, entraron todos los hombres armados a la capilla y se pusieron en la parte de atrás. Yo creí que no iba a ir nadie y, entonces dije, bueno si a la última llamada no hay nadie por qué no se los iba a celebrar a ellos», comentó el sacerdote José Luis Segura Barragán.
En la misa se rezó por la memoria de los sacerdotes que han sido víctimas del crimen.
Sí, llegó la gente, primero dos personas y luego ya se juntaron», precisó el religioso. «Aproveche para darles el mensaje de los obispos y eso los molestó, pero yo tengo que decirlo por la gente, para que entiendan que la gente ahora está reaccionando y que basta de abrazos y no balazos, que ahora se trata de que a los criminales los detengan y les impidan hacer el mal, que los encarcelen y los juzguen, no que los maten».
Al salir de la celebración de la Santa Misa, junto a su acompañante, señaló que escuchó una serie de amenazas lanzadas hacia su persona por el líder del grupo armado, quien dijo que eran colombianos.
Ahí estaban vociferando, sobre todo el líder, que ojalá me agarraran para que ver qué iba a decir; que me querían confesar y un montón de cosas, pero yo no les hice caso ni les contesté», señaló el sacerdote.
El sacerdote destacó que hizo pública la situación a la Diócesis de Apatzingán.
Platiqué con el obispo el lunes. Le hice saber que tenía que hacer la denuncia, porque ya basta como dicen los obispos, ya basta de estarlos aguantando, de que hagan lo que quieran y que nadie se de cuenta. Como tengo un cierto respaldo, de cuando estuve en la Ruana, pues entonces me atreví hacerlo, porque uno de nosotros, los sacerdotes, tiene que hacerlo, es que en las cosas religiosas, algo más que profanar la sagrada eucaristía, la Santa Misa, ya no hay nada más allá, porque que nos maten, que se apoderen de las capillas eso es secundario».
Ante la situación, el padre hizo un comunicado en el que llamó a las autoridades federales y estatales para garantizar los derechos sobre todo de la población y señala que el único que le puede proteger es Dios y aclaró que no quiere que lo cambien de lugar.
Yo mismo le platique al obispo no me cambié de aquí y a todos mis amigos no me estén diciendo que vayan con el obispo a qué me cambie,no yo tengo que estar aquí».
Segura Barragán es responsable de la Vicaría Fija del Sagrado Corazón de Jesús, asentada en La Loma, Jalisco y que pertenece a la Diócesis de Apatzingán.
Con información de: Excelsior
