“El Jefe” reapareció en Sonora, siete años después de su último avistamiento en las montañas de Santa Rita
El Jefe reapareció en Sonora, siete años después de su último avistamiento en las montañas de Santa Rita, Arizona, lo que demuestra que los jaguares (Panthera onca), tienen un gran rango de movilidad y son parte de una población que atraviesa la frontera de Estados Unidos y México, burlando el muro construido por Donald Trump y sobreponiéndose a los impactos que los proyectos mineros ocasionan a su hábitat.
El Centro para la Diversidad Biológica dio a conocer que en noviembre de 2021 la organización Protección de la Fauna Mexicana (Profauna), captó a El Jefe, a través de 150 cámaras trampa que tienen colocadas del lado mexicano, con sensores de movimiento que sirven para rastrear la vida silvestre.
Debido a la gran cantidad de imágenes capturadas por los equipos, fue hasta este verano cuando los integrantes de Profauna confirmaron que se trataba de El Jefe, después de hacer un análisis de las fotografías con un software especial, que arrojó coincidencias del 100 por ciento, debido a sus marcas únicas.
Carmina Gutiérrez González, coordinadora de investigación del Proyecto Jaguar del Norte de Profauna, señaló que no hay duda que es el mismo ejemplar fotografiado en Arizona, “que muchos temían que pudiera haber muerto cuando dejó de aparecer en las cámaras trampa hace siete años”.
El 5 de noviembre de 2016, Excélsior contó a través de un reportaje la historia de este jaguar que nació en 2009 en territorio mexicano y dos años más tarde hizo su primera incursión a Estados Unidos.
El ejemplar sin pasaporte ni visa, logró burlar a la migra para recorrer el camino de sus ancestros, al cruzar de Sonora a Arizona, donde alumnos de una escuela local, lo bautizaron como El Jefe.
De esta forma, se convirtió en un emblema de la conservación en las llamadas Islas del Cielo, un archipiélago terrestre que no reconoce límites territoriales donde habitan más de siete mil especies de flora y fauna.
El Jefe, quien tiene un mural en las calles de Tucson y un whiskey artesanal con su nombre, es uno de los últimos jaguares de Norteamérica, amenazado por la minería en México y Estados Unidos, y que enfrentaba un grave peligro con la construcción de un nuevo muro en la frontera.
De acuerdo con el Centro para la Diversidad Biológica, El Jefe, vivió en las montañas de Santa Rita de 2011 a 2015, viajó cientos de kilómetros y cruzó en al menos dos ocasiones la frontera entre Estados Unidos y México.
Gracias a los esfuerzos de conservación, en 1997 los jaguares ganaron protección bajo la Ley de Especies en Peligro de Extinción de EU y ahora cuentan con un plan de recuperación federal y más de tres mil kilómetros cuadrados de hábitat crítico. Todavía estamos luchando para proteger ese hábitat de las amenazas, incluido el muro fronterizo y una enorme mina de cobre planificada”, destacó la organización conservacionista.
En tanto, Alejandro Olivera, representante en México del Centro para la Diversidad Biológica, subrayó que de lado de nuestro país, es necesario fortalecer el Área de Protección de Flora y Fauna Ajos-Bavispe, en Sonora, con más de 200 mil hectáreas de bosque de encino y de pino.
Dijo que esta reserva requiere de presupuesto suficiente, guardaparques y un programa de manejo adecuado como hábitat crítico del jaguar en la Sierra Madre Occidental.
Con información de: Excelsior