El presidente López Obrador aclaró que el escritorio desde donde llamó al titular de la Sedena tras el sismo del 22 de septiembre no es de él, es de su colaboradora “Laurita”.
El presidente Andrés Manuel López Obrador aclaró que la oficina desde donde llamó la madrugada del 22 de septiembre, después del sismo magnitud 6.9 con epicentro en Coalcomán, Michoacán, es de su asistente “Laurita”, Laura González Nieto.
López Obrador publicó en sus redes sociales la llamada que le hizo al general Luis Cresencio Sandoval, secretario de la Defensa Nacionala, donde aparece un escritorio con papeles y libros en desorden.
“Estaba yo hablando con el general (Luis Cresencio Sandoval, secretario de la Defensa Nacional) en la oficina de Laurita y es su escritorio. Yo no podría trabajar sin Laurita, ella lleva conmigo mucho tiempo, llegó jovencita a trabajar, y es a la que le dicto mis discursos. Es todo. Y por eso su despacho está así y tiene ella teléfono [rojo] porque es parte de lo más cercano, de lo más íntimo”, explicó López Obrador durante su conferencia mañanera.
El presidente ofreció una disculpa a Laurita por exponer su lugar de trabajo y añadió que ella tiene libros y expedientes “porque ese es su trabajo”.
Ahí le llegan todos los oficios, informes, y además, me guarda mis textos, los libros. Si le digo ‘Necesito un libro de Neruda que se llama ‘Para nacer he nacido’ en donde hace mención a lo que fue el Gobierno de Roosevelt, y si no es ese, es otro’, ella va y está el libro”, dijo el mandatario.
El mandatario recordó la visita que hizo a la oficina del escritor Carlos Monsiváis, quien escribió y corrigió muchos de sus discursos, excepto del momento del desafuero, el cual causó división entre ambos.
Además, cuando uno escribe, tiene uno papeles. Yo recuerdo y salió una foto que es muy ilustrativa de lo que era Carlos Monsiváis, de cómo trabajaba. Recuerdo cuando el ‘Éxodo por la Democracia’, que caminamos de Tabasco a la Ciudad de México durante un mes. La última parada fue de Neza al Zócalo y fue un acto espléndido. Esto en 1991, pero en la noche me fue a buscar a Neza, a donde estábamos en el campamento, Rafael Barajas, porque necesitaba hacer mi discurso y me dice “Vamos a pedirle a Carlos que nos ayude”.
Con información de: Proceso