Autoridades de salud en Estados Unidos encontraron modificaciones en el genoma de la viruela del mono, un virus que se supone evoluciona ‘lentamente’.
Mientras los casos de viruela del mono continúan su incremento a nivel mundial, los científicos se enfrentan a un nuevo reto: el virus está mutando y no saben qué tan peligroso puede ser para la propagación del padecimiento.
Investigadores del Departamento de Salud en Minnesota investigaban muestras tomadas de personas contagiadas cuando se dieron cuenta que el genoma del virus de la viruela del mono era diferente al ya conocido.
La revista científica Nature recogió información este miércoles 5 de octubre respecto al tema, y resulta que en la muestra de la persona contagiada de viruela del mono “faltaba una gran parte del genoma del virus y otra parte se había movido a un lugar completamente diferente en la secuencia”.
Este caso no es el único, ya que Crystal Gigante, una microbióloga de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades den Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés), dijo que ya se han encontrado mutaciones y reordenamientos en genomas de viruela del mono recolectados en personas.
Las autoridades científicas señalan que por el momento las variaciones encontradas en el virus de la viruela del mono no generan preocupación; sin embargo, continúan los estudios para determinar si estas mutaciones pueden afectar una mayor propagación del padecimiento o incluso debilitarlo.
La viruela del mono pertenece a la denominación de los poxvirus (de hecho su nombre en inglés es Monkeypox), lo que quiere decir que es un virus de ARN. Este tipo de virus no evoluciona tan rápido como sí lo hacen los de ADN, como es el COVID-19.
Las mutaciones encontradas no son “poca cosa”, ya que de acuerdo con los resultados de los CDC y del Departamento de Salud de Minnesota, el genoma del virus de viruela del mono tenían modificaciones hasta en un 7 por ciento.
“Si los funcionarios de salud detectan un aumento en la cantidad de muestras de virus que tienen estas mutaciones, eso podría ser una posible señal de que están ayudando a que el virus se propague”, explica Elliot Lefkowitz, virólogo computacional de la Universidad de Alabama en Birmingham.
Con información de: El Financiero