Casi 2 mil familias perdieron vivienda por incapacidad de pago de deudas en Veracruz

Casi 2 mil familias perdieron vivienda por incapacidad de pago de deudas en Veracruz

 

 

Xalapa, Ver.- De enero a junio de este año, en el estado de Veracruz mil 664 familias han perdido sus viviendas a causas de remates por incapacidad de pago de deudas, pero la situación podría empeorar para el segundo semestre de este 2022, pues en la primera semana de octubre ya sumaron 19 remates más.

La coordinadora del Barzón de Resistencia Civil, Teresa Carbajal Vázquez, señaló que desde el inicio de este año se observa un incremento de 400 por ciento en el número de remates, y que las causas son variadas, entre las que destacan créditos mal colocados, sin responsabilidad para los bancos, con altas tasas de interés, con plazos largos de hasta 35 años y las constantes reestructuras.

“A los bancos se les está dejando actuar a sus anchas, tienen licencia para abusar”, dijo.

Explica que tan solo en el primer semestre de 2022 se registraron 262 remates en Xalapa, en el puerto de Veracruz 427 y en Coatzacoalcos 313, Pánuco 271, Poza Rica 200, Cosamaloapan son 14, pero de manera general van mil 664 en municipios como Acayucan, Minatitlán, Coatepec, Coatzacoalcos, Jalacingo, San Andrés Tuxtla, Veracruz, Huatusco, Ozuluama, Pánuco, Córdoba. Orizaba, Misantla, Papantla, Tuxpan, Xalapa, Huayacocotla, Zongolica, ente otros.

A estos se suma que en la primera semana de octubre se reportaron al menos 19 remates por incapacidad de pago en Xalapa, Banderilla, Veracruz, Poza Rica y Papantla.

Teresa Carbajal señala que el remate judicial es una venta forzosa como parte de un proceso legal de sentencia por cobro de pesos, en el que se condena al deudor a hacer el pago de una cantidad que sin duda no puede pagar.

A los deudores se les concede un término de cinco días para poder pagar y ante la incapacidad de pago sus casas, negocios, están saliendo a remate; es decir, una venta forzosa.

Y el deudor se enfrenta a que su bien presenta valuaciones bajas o “a modo” porque les ponen un precio bajo y es asó que se pueden encontrar casas de un millón y medio de pesos que están siendo valuadas en 600 mil.

“Esto significa una oportunidad para coyotes, porque luego de comprarlas las revenden”, alertó.

Cabe destacar que las consecuencias de los remates es la pérdida total del patrimonio de las familias, porque el deudor se siente vencido y deja de oponer defensa.

Por ello, pidió estar alerta pues afirma que en muchas ocasiones las deudas se vuelven impagables por las reestructuras que calificó como “una trampa moral” porque el banco se presta a sí mismo para pagar la deuda y simulan darle al deudor un nuevo préstamo pero se borra todo el saldo que este haya abonado y nuevamente empiezan a correr.

“Son trampas mortales porque terminan por acabar con el patrimonio de los deudores. Hay una falta de planes razonables de pago porque se les obliga a firmar convenios engañosos, con todas las ventajas para los bancas. Las reestructuras no tienen beneficio para el deudor que pierde todo lo pagado y comienza desde cero”.

Lamentablemente, dijo que hay una nula vigilancia de las autoridades ante estas conductas abusivas, pues incluso la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de Servicios Financieros (Condusef) se declara incompetente en estos casos.

“Es un ambiente total de omisión, opacidad, desinterés por parte del Gobierno federal (…) puede pasar lo que ocurrió en 1994 porque nos endosan todas las pérdidas de esta crisis. No hay un plan del Gobierno para las personas en situación de moratoria”.

Por ello, Teresa Carbajal advirtió que seguramente 2023 será un año con muchos desalojos.

“Viene una crisis de vivienda y es algo que no está viendo el Gobierno federal”, alertó.

Además, aconsejó a quienes tengan deudas no tener miedo, acercarse a asesoría legal a fin de evitar perder su patrimonio.

“Hay que presentar una defensa jurídica oportuna, presentar propuestas de pago acordes a la situación porque el sector más afectado son los adultos mayores“.

Dijo que el Barzón atiende hasta cinco casos por mes y hasta ahora ninguno de los bienes ha sido retirado de los deudores.

“De todos los remates que hemos atendido en este años no nos han logrado arrebatar una sola vivienda y eso nos habla de resultados; nos estamos enfrentando con bancos, agiotistas, financieras, Sofomes, con todo tipo de acreedores, concesionarias y cesionarias”.

Con información de: XEU

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