Los murciélagos representan un importante reservorio en ciertas regiones y en Veracruz, son los que más han transmitido la enfermedad.
Reportes hemerográficos indican que la última muerte de una persona por rabia en Veracruz ocurrió en marzo de 2020. El caso fue transmitido por la mordedura de un murciélago a una persona de 70 años, quien murió en el hospital regional de Poza Rica, aunque no hubo mayores datos.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la rabia es una enfermedad viral que afecta el sistema nervioso central de los mamíferos (perros, gatos, zorros, etcétera.), entre ellos, el hombre.
El virus de la rabia se encuentra sobre todo en la saliva y el cerebro de los animales infectados, en particular los perros, y se transmite por una mordedura.
La OMS destaca que los murciélagos también representan un importante reservorio en ciertas regiones y en Veracruz, son los que más han transmitido la enfermedad.
Al respecto, reportes oficiales de la Secretaría de Salud Federal indican que desde el año 2000, al menos ocho personas han muerto en la entidad por haber sido contagiados de rabia.
De aquel primer año de reportes, la muerte registrada se debió a la mordedura de un murciélago. A la par, cuatro personas más murieron por rabia en todo el país: una en Tabasco, dos en Nayarit y una en Baja California Sur.
Los humanos fueron contagiados por un murciélago en Tabasco; por un zorro y un murciélago en Nayarit y por un zorrillo en Baja California.
Un año más tarde, nuevamente se presentó otra muerte en Veracruz, derivado de una mordedura de murciélago. En todo el país fueron en total siete muertes.
Durante los tres años siguientes no se presentaron muertes por rabia en humanos dentro de la entidad veracruzana.
Pero en 2005 incluso fueron tres las que se registraron por autoridades de salud.
En todos los casos, se indicó que la rabia devino de mordeduras hechas por murciélagos.
Además, ese año murieron en todo el país un total de ocho personas, por mordeduras de diversos animales como perros y zorros.
Para 2007, de nueva cuenta se presentó una muerte por rabia en Veracruz, pero esta vez transmitida por la mordedura de un zorro.
Durante 2011, nuevamente un murciélago cobró la vida de un veracruzano.
Este es, oficialmente, el último año donde se presentaron muertes por rabia en humanos. Sin embargo, reportes en medios de comunicación indican que en marzo de 2020, un hombre de 70 años, mordido por un murciélago, murió en el norte de Veracruz.
Del caso no hay reportes oficiales o mayores datos al respecto.
La OMS refiere que debido a que es transmisible del animal al ser humano, la rabia es considerada una enfermedad zoonótica (o una zoonosis).
Y aunque es posible que al principio los síntomas no sean específicos, incluyen letargo, fiebre, vómitos y anorexia.
Se advierte que en cuestión de días, los signos evolucionan hacia una disfunción cerebral, ataxia, debilidad y parálisis, dificultades para respirar y tragar, salivación excesiva, comportamiento anormal, agresividad y/o automutilación.
El periodo de incubación puede oscilar entre algunas semanas y varios meses, pero, una vez que aparecen los síntomas de la rabia, es inevitable que la enfermedad sea mortal, tanto en los animales como en los seres humanos.
De acuerdo con la Norma Oficial Mexicana NOM-011-SSA2-2011, para la prevención y control de la rabia humana y en los perros y gatos, la prevención de la rabia entre la población en general se lleva a cabo mediante actividades de promoción de la salud, protección a grupos de población en riesgo, vacunación en animales de compañía, conservación y manejo de los biológicos antirrábicos.
Se hace hincapié en el riesgo que representan para el individuo, la familia y la comunidad los perros y gatos no vacunados, así como otros animales susceptibles de enfermarse y transmitir el virus rábico.
Para ello recomienda instruir a la población en general sobre las medidas inmediatas a seguir ante la agresión por cualquier animal, destacando la importancia de que las personas expuestas o agredidas acudan a las unidades de salud para recibir atención médica oportuna, según lo requieran.
Además, exhortar a la población para que denuncie, ante las autoridades competentes, la presencia de animales sospechosos de padecer rabia, así como de vacunadores no acreditados oficialmente, que ofertan productos de dudosa procedencia.
Promover entre la población la cultura de dueño responsable que propicie cambios en los hábitos de cuidado y posesión de perros y gatos, evitando se continúe la multiplicación indiscriminada de estos mediante la esterilización o su entrega voluntaria para el sacrificio humanitario, acciones encaminadas a reducir la probabilidad de que estos contraigan la rabia y fomenten el bienestar animal.
También recomendar, a nivel familiar y colectivo, acciones acerca de la disposición adecuada de desperdicios de alimentos en sitios públicos, para evitar la presencia de perros y gatos como fauna nociva transmisora de la rabia.
Y de suma importancia, indica la necesidad de instruir a la población sobre el riesgo que representa rescatar animales en la calle, así como capturar, manipular, comercializar o utilizar, con diversos fines, animales silvestres, principalmente en áreas donde se ha comprobado la presencia de la rabia en estos.
Con información de: E-consulta Veracruz