De acuerdo con cifras de la agencia Fitch, las pérdidas materiales se calculan entre los 3 y 4 mil millones de dólares
Los equipos de rescate buscaban entre los escombros casi 100 horas después del masivo terremoto que golpeó Siria y Turquía, uno de los más mortíferos de la región con un saldo de más de 21 mil víctimas hasta el momento.
Los primeros envíos de ayuda humanitaria de la ONU llegaron a Siria, pero las posibilidades de encontrar personas con vida se apagan una vez expirado el periodo de tres días que los expertos consideran crucial.
El tiempo transcurrido, sumado a las gélidas temperaturas que se abaten sobre la región, convierten los rescates en algo cercano al milagro, como el de la joven turca Melda Adtas, encontrada viva 80 horas después del temblor.
La chica de 16 años quedó atrapada en una especie de pozo profundo bajo un edificio derrumbado en la ciudad de Antakya. Gracias al aviso de los vecinos que escucharon su débil voz, pudo ser hallada y salvada.
«¡Que Dios los bendiga! ¡Que Dios los bendiga a todos!», exclamó llorando de alegría su padre mientras los equipos de rescate sacaban a su hija de entre las ruinas.
En una región ya castigada por la guerra civil en Siria y el desplazamiento de millones de personas, el terremoto de magnitud 7.8 sorprendió a muchos en la cama el lunes todavía de madrugada.
El jefe de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, y el responsable humanitario de la ONU, Martin Griffiths, anunciaron que visitarán la zona.
La presidenta del Comité Internacional de Cruz Roja, Mirjana Spoljaric, se encuentra ya en Alepo, en Siria.
«Las comunidades que sufrieron años de fieros combates ahora se encuentran mutiladas por el terremoto», tuiteó.
La guerra destruyó hospitales y causó problemas en el suministro de electricidad y agua en Siria, pero la ONU solo puede enviar ayuda a las zonas rebeldes del noroeste a través del cruce de Bab al Hawa en la frontera con Turquía.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, pidió al Consejo de Seguridad que autorice la apertura de nuevos pasos de ayuda humanitaria entre ambos países.
«Este es el momento de la unidad, no es momento de politizar o dividir. Es obvio que necesitamos un apoyo masivo», afirmó.
Más allá del sombrío balance humano, la agencia de calificación financiera Fitch estimó que los daños económicos por el sismo superarán los 2 mil millones de dólares y probablemente alcancen los 4 mil millones.
El terremoto es el más importante en Turquía desde 1939, cuando 33 mil personas murieron en la provincia oriental de Erzincan.
Por ahora, el balance provisional se sitúa en 21 mil 51 personas, 17 mil 674 en Turquía y 3 mil 377 en Siria, pero los expertos consideran que el saldo subirá todavía significativamente.
Las bajas temperaturas agravan la situación tanto para las posibles personas atrapadas entre los escombros como para los supervivientes, que no encuentran camas en los albergues habilitados en gimnasios o mezquitas o que prefieren dormir en coches y tiendas que volver a sus casas.
El enfado crece en Turquía contra la respuesta del gobierno, juzgada insuficiente y tardía. El mismo presidente Recep Tayyip Erdogan reconoció deficiencias en la gestión.
«La gente que no murió por el terremoto ha sido abandonada a morir en el frío», dijo Hakan Tanriverdi en la provincia de Adiyaman, una de las zonas más castigadas.
A pesar de las dificultades, miles de socorristas locales e internacionales mantienen la búsqueda de supervivientes.
En el devastado municipio turco de Nodagi, cerca del epicentro, los equipos de rescate usaban drones y cámaras de detección térmica y pedían silencio a los presentes cuando encontraban un posible superviviente.
«El silencio es angustiante. No sabemos qué esperar», reconocía Emre, un vecino que esperaba junto a un edificio derrumbado en la calle principal del pueblo.
Decenas de países, desde China hasta Estados Unidos, prometieron ayuda a Turquía que, además, recibirá mil 780 millones del Banco Mundial para ayudar en la atención humanitaria y la recuperación.
Con información de: El Heraldo de México