Birce, la otra «bebé milagro» del terremoto de Turquía: salió volando de un quinto piso y eso le salvó la vida

Birce, la otra «bebé milagro» del terremoto de Turquía: salió volando de un quinto piso y eso le salvó la vida

La atendieron en un hospital de Adana, al no poder identificarla, los internautas difundieron sus fotos en redes para encontrar a su familia

El terremoto de Turquía y Siria del pasado lunes 6 de febrero dejó a miles de infantes sumamente heridos y a otros más en orfandad. Sin embargo, se dieron a conocer conmovedoras historias de sobrevivientes que le han dado la vuelta al mundo para brindarle esperanza a las víctimas del seísmo. Tal es el caso de la recién nacida Aya, que pasó 10 horas bajo los escombros de las cuales ocho pudieron ser de labor de parto y dos a la intemperie. Ante esta gran hazaña, decidieron nombrarla como el milagro o la señal de Dios, sin embargo no sería la única con este título. Brice, una pequeña de solo 8 meses logró pasar las pruebas más difíciles para poder reunirse con su familia, y al igual que la neonata, consideran que una obra divina le salvó la vida.

Aunque ahora la familia Fansa —a la que pertenece la bebé Brice— se está aferrando con uñas y dientes a su bebé milagro, cuando recién rescataron a la infante no tenían idea de cómo se llamaba, su edad aproximada o si su núcleo seguía vivo, esto porque no había forma de identificarla. La BBC fue el primer medio internacional que empezó a divulgar imágenes de la menor de edad que rápidamente fueron replicadas por los internautas en redes sociales con la esperanza de encontrar a algún miembro de su familia que la reconociera y reclamara. Fue entonces que Nilay Fansa y su esposo, Cengiz dieron con la última integrante que les faltaba.

La familia comenta que —así como otras que padecieron los terribles terremotos— quedaron destrozados por el evento que separó a su núcleo de un momento a otro. Quedaron sepultados bajo los escombros de lo que fue su edificio de apartamentos conformado por siete pisos. Ellos se ubicaban en Kahramanmaras, Turquía, por lo que pasadas 14 horas de las labores de rescate, la primer integrante en salir del derrumbe, fue Nilay Fansa, le siguió su hija de 4 años, Nil, y finalmente el esposo Cengiz fue el último en salir. La familia estaba conformada por tres niñas, y desgraciadamente la pequeña Alin de solo 2 años fue la única integrante que no sobrevivió.

Con el corazón destrozado al ver el cadáver de su segunda hija, los padres dieron por hecho que la integrante más pequeña de su núcleo tampoco había sobrevivido a los dos temblores de 7.8 y 7.6 grados. De acuerdo con el medio internacional CNN —que le realizó una entrevista a la familia— la madre declaró que todavía se encontraban en un «estado de shock después del evento». Asimismo le detalló al corresponsal médico jefe de CNN, el Dr. Sanjay Gupta que «en ese momento, siendo el quinto día, pensamos que estaríamos viendo su cuerpo sin vida”. Las declaraciones de la tutora las dio el pasado martes 14 de febrero, cuando se les comunicó que su bebé se recuperaba exitosamente en el Hospital de Investigación y Enseñanza de la ciudad de Adana.

Después del primer terremoto, uno de los vecinos escuchaba a un «gato» maullar. Fue entonces que al seguir el sonido descubrió que se trataba de la pequeña Brice, quien se encontraba entre los escombros. De acuerdo con lo que le comunicaron a la madre, la infante de solo 8 meses salió despedida del quinto piso del edificio, «básicamente se cayó de la ventana», detalló Nilay Fansa. Así es como ella sobrevivió, ya que de haberse quedado estática en su catre, hubiese quedado aplastada debajo del concreto.

“Por eso es un bebé milagro”, recalcó la tutora.

Después de que Birce fue rescatada, pasó cinco días en cuidados intensivos con una pierna rota, una fractura de cráneo, un ojo negro y algo de sangrado en el cerebro. Ninguno de sus rescatistas la pudo identifica, por lo que los usuarios de las redes sociales compartieron fotos con la esperanza de encontrar a su familia. Quien cuidó de la infante —y de otros más— fue la doctora Nursah Keskin, pediatra y directora adjunta del hospital. En un primer contacto con la prensa internacional, aseguró que tanto esta bebé como las otras infantes no solo se enfrentaban a una lucha por estabilizar su salud, también tenían que dar con el paradero de sus núcleos.

La doctora Nursah Keskin declaró que la menor presentaba «múltiples fracturas, un ojo negro y su rostro lleno cicatrices, pero se da la vuelta y sonríe. Sabemos dónde la encontraron y cómo llegó aquí. Pero intentamos encontrar una dirección. La búsqueda continúa.»

La hermana mayor de Brice, Nilay recorría el terreno en ruinas junto con su familia y le comentaba a los vecinos que todavía buscaban a la integrante más pequeña de su núcleo. Uno de ellos les respondió que vio cómo la sacaron de los escombros desde el primer día, detalló que el rescate había ocurrido solo unos 30 minutos después del catastrófico terremoto. Así pues, junto a las imágenes divulgadas en redes sociales, la familia al fin pudo dar con el paradero de Brice, acudieron al hospital de la ciudad de Adana, la reclamaron como suya y se reunieron con ella.

“Por supuesto, estoy devastada por mi otra hija”, le dijo Nilay a Gupta. «Pero Birce está mejorando y Dios mediante, con suerte será dada de alta pronto».

El desastre ha matado a más de 41 mil 200 personas en todo el territorio afectado entre Turquía y Siria. Las historias de supervivencia llegan a ser cada vez más raras dado que han pasado ocho días del suceso. Ahora, la Agencia de las Naciones Unidas para la infancia (Unicef) ha dicho que es “trágicamente claro” que el número de niños muertos por el terremoto “seguirá creciendo”. El portavoz del organismo, James Elder, dijo que 4,6 millones de niños viven en las 10 provincias turcas afectadas por el desastre, mientras que en Siria 2,5 millones de niños se han visto afectados. A la par, la Organización Mundial de la Salud (OMS) enfatizó la necesidad de “centrarse en la rehabilitación del trauma” para los sobrevivientes.

Y es que debido a la conmoción, las población a penas comienza a darse cuenta de lo que les sucedió, o al menos así lo detalló el representante de la OMS en Turquía, Batyr Berdyklychev, quien destacó el “problema creciente” de una sociedad «traumatizada”. Adelantó que aumentará la necesidad de servicios de salud mental y apoyo psicológico en las regiones afectadas.

Con información de: El Heraldo de México

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