Columna Observatorio en Línea
Luis Manuel Toto Polito
Algunos, quienes mueven la maquinaria del ayuntamiento de San Andrés Tuxtla, estarían con síntomas de daño emocional por el delicado trato que están recibiendo por parte de quiénes son la cabeza de este gobierno, al estar sintiendo que podrían ser retirados de sus labores en cualquier momento por la simpatía hacia el partido morenista o por no alinearse a los criterios de quien manda.
Se ha logrado saber que la administradora municipal a través de su brazo ejecutor ha cocinado desde hace varios meses los despidos de trabajadores (los más recientes hace un par de semanas) que tienen alguna afinidad al partido guinda, con la encomienda de que no exista posibilidad de que la estructura municipal participe a favor de los próximos candidatos morenistas del 2024, casi casi dandose a entender que están pateando el pesebre que les ayudó a colocarse.
Hace varias semanas alguien platicaba que el trato de la administradora municipal elegida por elección popular, ha dado un giro de 180 grados y el sentido humanista ha perecido frente a la fuerte presión que recibe de los diversos frentes sociales que le solicitan diariamente un beneficio (y a quienes poco a cumplido), y que además, si no son afines a su ideología política personal son desechados aunque hayan apoyado a la regente municipal, es decir ahora desconoce hasta quienes eran sus aliados y los deja sin obra pública o amenaza con hacerlo si no siguen la senda del ayuntamiento.
En consecuencia, ni desde el interior del palacio municipal y menos en las comunidades ven a la autoridad como lider en su municipio y por el contrario es observada como la cara del desenfreno autoritario con el que intenta timonear a su gobierno.
A esto se suma que la población pregunta cuál es el rumbo de este gobierno que no ha tenido un proyecto de identidad hacia el exterior, o que genere condiciones de verdadera estabilidad en los sanandréscanos en materia de obra pública o desarrollo económico o turístico a pesar de que la administradora es empresaria y una profesional de la salud.
La curva de aprendizaje no le ha servido como método de diagnóstico a la empleada del pueblo, y ninguno de esos principales asesores ha tenido la idea de cómo hacer brillar el gobierno «morenista» que hasta este momento transcurre gris y no capitaliza adecuadamente ni su forma de promover obras o acciones ni una imagen adecuada externada a los ciudadanos.
En contraste, la administración ha sido débil frente a decisiones fundamentales por no haber sabido canalizarse adecuadamente, ejemplo claro es el mercado municipal y donde no se logró una solución para la construcción del inmueble ya que faltó tacto y orientación de como llevar a cabo las negociaciones.
En síntesis; la gobernante está cerrando puertas de una en una con sus aliados.
Antes de concluir es importante precisar que el antídoto para el autoritarismo y la falta de diálogo es la rebelión y el hallazgo de nuevos aliados que puedan hacer frente a quienes gobiernan con el estómago y no con la cabeza, sino al tiempo.