La cancha del penal sirvió para armar la pasarela con una alfombra roja con el fin de promocionar las creaciones del 70% de las reclusas del penal, las cuales se venden para ayudar a mantener sus hogares.
Comienza a desfilar seria, pero a medida que avanza por la alfombra roja Julia Flores sonríe y muestra orgullosa la manta azul que tejió en su celda en una cárcel al sur de La Paz. Su soltura arranca los aplausos de sus compañeras y entonces se anima a mover su pollera típica de las indígenas andinas de Bolivia.
Flores, de 64 años, tiene una larga condena y prefiere no mencionar qué delito cometió, pero asegura que eso no le impide soñar y valerse por sí misma.
«Mi tejido tiene un poco de mi historia y me ayuda a olvidar mi encierro», dijo Flores, madre de tres jóvenes, a The Associated Press. Contó que ella tarda más de tres semanas en tejer una manta y que en los últimos años ha hecho varias.
El desfile también sirve para empoderarse como mujer, expresó Karen Rodríguez, de nacionalidad colombiana. «Nos da la oportunidad de arreglarnos, de ser nosotras y liberarnos en la pasarela», añadió.
La cancha del penal sirvió para armar la pasarela con una alfombra roja con el fin de promocionar las creaciones del 70% de las reclusas del penal, las cuales se venden para ayudar a mantener sus hogares.
Flores, Rodríguez y otras 20 compañeras desfilaron las prendas que ellas mismas crearon en la cárcel de mujeres de Obrajes, que tiene una población de 215 reclusas, para promocionar los productos que hicieron en el marco del programa «Emprendiendo para ser libres». El plan es patrocinado por fundaciones locales e internacionales y se aplica en varias cárceles nacionales.
«Ellas con este evento tienen la oportunidad de ganar su dinero y emprender algo propio desde la cárcel», explicó Yana Rojas, coordinadora del proyecto.
Pueden vender sus creaciones en una tienda establecida en el penal, aunque sus productos también son llevados a diferentes ferias en La Paz.
Este es el segundo desfile tras el éxito que tuvo su primera versión el año pasado.
Cheryl Sempertegui, directora del centro de Obrajes, indicó que el programa busca la inclusión de las reclusas a través de la realización de las actividades que más les gustan.
Obrajes es una cárcel con un alto número de reclusas detenidas preventivamente, algo que el Sistema Penitenciario busca reducir.
Con información de: Proceso