Elementos de seguridad de Zapopan, Jalisco, encontraron los restos de una de sus víctimas al interior de uno de los tamales que se disponía a vender.
Elementos de seguridad de Zapopan, Jalisco, detuvieron a una mujer que vendía tamales de carne humana de por lo menos cuatro víctimas, entre ellas su esposo, quien había sido reportado como desaparecido desde hace 15 días.
La Policía Estatal de Zapopan informó la detención de Esther “N”, por el presunto homicidio de su pareja, de quien encontraron sus restos entre la masa que utilizaba para elaborar tamales.
Según información de las autoridades, la mujer fue detenida mientras cocía tamales con los restos de su esposo, a quien descuartizó para integrarlo a la masa.
En el lugar se encontraron los restos óseos de la víctima, que, según la detenida, eran desperdicios. Además, se encontraron los restos de al menos tres personas más, las cuales fueron descuartizadas para utilizar su carne en la elaboración de tamales.
En las imágenes compartidas por la cuenta de Twitter @Gposiadeoficial se puede observar los tamales que vendía la mujer, algunos de masa blanca y salsa roja. En uno de ellos se puede visualizar el dedo de unas de sus víctimas.
Esther “N” se encuentra a disposición de la Fiscalía General de Justicia del Estado de Jalisco, para determinar su situación legal y los cargos que enfrentará por los asesinatos y poner a la venta tamales con carne humana.
La historia del tamalero de Morelia que conmocionó a México
Así como la historia de Esther “N” se está volviendo tendencia, en 2004 se registró un hecho similar en Morelia, Michoacán, en donde un hombre fue detenido por cocinar carne humana en cinco ollas.
Durante su detención, el hombre que vendía tamales frente al Hospital Civil de la capital michoacana, afirmó que descuartizó a un compañero de parranda después de que tuvieron un enfrentamiento.
A diferencia de lo ocurrido en Zapopan, las autoridades determinaron que los tamales que encontraron al momento de la detención no contenían carne humana.
El detenido declaró que no tenía intenciones de utilizar la carne de su víctima para venderla y que la estaba cocinando para dársela a las ratas.
“A los perros también les di unos huesos, pero no les gustaron”, finalizó.
Con información de: Crónica de Xalapa