La SCJN indicó que los matrimonios forzados atentan contra los derechos humanos, es como una forma contemporánea de esclavitud
En el municipio de Atlapexco en Hidalgo, una mujer fue encarcelada luego de negarse a contraer matrimonio con un nombre de su misma comunidad. Además de ser detenida, la novia fue obligada a pagar una multa ya que a pesar de haber dado el sí para ir al altar, el mismo día en que se llevaría a cabo la unión nupcial se arrepintió.
La mujer que se negó a casarse fue identificada como Adriana B. quien a sus 19 años de edad decidió que no era buena idea casarse ya que el día de la boda que se celebraría el pasado 20 de agosto fue increpada por algunos de sus familiares y por su entonces futuro esposo, por lo que en ese momento gritó y afirmó que no quería casarse, según reportes de medios locales.
Luego del altercado, la joven mujer fue detenida por las autoridades comunales de Atlapexco quienes la trasladaron a la cárcel comunitaria en donde estuvo encerrada, además de ser multada a pagar alrededor de 50 mil pesos todo por haber dejado plantado a su prometido previo a llegar al altar.
Sin embargo, la policía municipal de Atlapexco se enteró de la situación por lo que acudieron a atender el caso. Los municipales informaron a las autoridades comunales que estaban infringiendo en un delito grave. De esa manera la mujer encarcelada fue dejada en libertad hasta la madrugada del lunes 21 de agosto.
El matrimonio entre Adriana y su prometido atendió a una práctica de usos y costumbres local, pero de acuerdo con la Suprema Corte de Justicia de la Nación en el artículo publicado en su portal web “La mirada distraída. Los matrimonios forzados en las comunidades indígenas de México: ¿tradición cultural o violencia de género?”, los matrimonios forzados incurren en un tema perjudicial de derechos humanos.
“Visibilizar tradiciones y costumbres que, en el marco de la intimidad de la colectividad en la que se realizan, constituyen violaciones a los derechos humanos, principalmente a los de las mujeres. Estas tradiciones han sido denominadas por Naciones Unidas como ‘prácticas culturales o tradicionales perjudiciales’. Entre ellas, se encuentran los matrimonios forzados y los matrimonios infantiles”.
En ese sentido, en los matrimonios forzados se expone a la mujer a condiciones de vulnerabilidad y diversos tipos de violencia, según la SCJN. “Los matrimonios forzados son para la Comunidad Internacional una forma contemporánea de esclavitud. Son una violación a los derechos humanos de las mujeres y de las niñas, y son una forma de violencia de género”, precisó la Corte.
Con información de: El Heraldo de México