Refugio de Miguel Hidalgo, en el olvido

Refugio de Miguel Hidalgo, en el olvido

Unos afirman que en ese lugar, ahora en ruinas, el cura pasó la noche, otros dicen que sólo comió, descansó y alistó su marcha contra el virreinato

En los suburbios Dolores Hidalgo, Guanajuato, se encuentra la Hacienda de la Erre, sitio en donde Miguel Hidalgo, Padre de la Independencia, comenzó su marcha de guerra contra el virreinato.

Pero, aunque el inmueble tiene un valor histórico incalculable, se encuentra en el abandono, hasta árboles y muros comparten un mismo espacio, en una amalgama que da cuenta del tiempo que la hacienda ha sido dejada a manos del destino.

La mañana del 16 de septiembre, tras repicado la campana de la parroquia de Nuestra Señora de los Dolores, llamando a la independencia a un puñado de hombres; Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo y Costilla Gallaga Mandarte y Villaseñor, conocido como Miguel Hidalgo o el cura Hidalgo, marchó hacia la comunidad de Atotonilco, a unos kilómetros de San Miguel de Allende.

Acompañado por más de 600 personas, en el camino, se detuvo en la Hacienda de La Erre. Y, aunque hay quien dice que ahí pasó la noche, otros dicen que simplemente comió, descansó y alistó a su incipiente ejército para seguir adelante.

Esta hacienda, que fue iniciada por Juan Altamirano Saavedra al conjuntar otras propiedades como La Cieneguilla de Nieto, Santa Lucía, Río Seco, La Erre, El Comedero, La Ventanilla, El Llanito, El Joconoxtle, El Gusano, La Ciénega de Guerrero, San Nicolás, San Mateo, San Damián, El Espejo, Río de Don Juan y La Cruz, en 1619, fue heredada y consolidada por Rodrigo Mejía y Altamirano, alguacil mayor de la Real Audiencia de la Nueva España.

Éste dejó la propiedad a su hija Juana Mejía Altamirano y de Tovar, y a su yerno, Carlos de Luna y Arellano y Sámano, mejor conocido como el Mariscal de Castilla. Los herederos de la familia custodiaron La Erre, pero, tras la Guerra de Independencia, la propiedad quedó abandonada, y peor aún tras la Revolución Mexicana un siglo después.

En las ruinas del casco principal se encuentra precisamente en La Erre, una comunidad rural, perteneciente a Dolores Hidalgo, a un par de kilómetros de la Presa Peñuelitas, en el camino que lleva a la comunidad rural del Xoconoxtle.

Entre la pequeña iglesia de la localidad y lo que queda del casco de la hacienda, puede hallarse la efigie de la cabeza de un águila, con la leyenda ‘Libertad’ a uno de sus costados. Se trata de una de las 260 esculturas que conforman la Estela de la Libertad, y que han sido colocadas en puntos preponderantes del inicio de la Guerra de Independencia y la ruta de Hidalgo entre 1810 y 1811, como la ciudad de Guanajuato, Dolores Hidalgo, Acámbaro, etcétera.

La Hacienda de La Erre fue uno de los mayores motores económicos, no sólo del centro de México, sino también de toda esa Nueva España, para después ser el escenario de preponderantes episodios históricos. Hoy esa bonanza pasó a la nada.

Con información de: Excelsior

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