Oficialmente nunca se aceptó, pero el penal de Allende tenía un restaurante de lujo y celdas VIP, para los reclusos “de otro nivel” que así eran considerados por las autoridades penitenciaras.
María de los Ángeles fue una custodia que trabajó en el complejo carcelario que ahora será la Facultad de Artes de la Universidad Veracruzana (UV) y recuerda el área de los “privilegiados”.
En el restaurante de lujo accedían unos cuantos, podían comer desde unos huevos al gusto hasta mariscos a la carta, las cuentas eran anotadas y las pagaban posteriormente los familiares.
En las celdas donde dormían los presos “ricos” había video caseteras que en los años 90 fueron muy populares y eran utilizadas para reproducir cintas de diversa índole.
También esos espacios –a los que no cualquier individuo accedía- contaban con televisión por cable, con la que los presos se entretenían viendo distintos programas y películas.
“Podían comer lo que ellos quisieran en sus celdas, cosa que a los internos en general no se les permitía porque existía el área de vehículos y era donde les revisábamos la comida”.
Cuando uno de los recluidos cumplía años y un amigo o familiar le llevaba un pastel no se entregaba completo al festejado, antes era partido por los vigilantes y revisado que no tuviera alguna sustancia prohibida.
Hace aproximadamente 30 años, a quienes visitaban a prisioneros peligrosos se les hacía una revisión exhaustiva hasta quedar desnudos.
“En el cacheo ruboroso las custodias a las mujeres y los custodios a los hombres, se quitaban la ropa interior y hacer una sentadillas, de cinco a diez sentadillas, para que si iban a ingresar una droga la tenían que expulsar al igual que quitarse su brasier y revisarlas bien”.
El penal estaba distribuido entre las celdas, el patio principal, una zona de talleres y una tienda de los trabajos de carpintería que se realizaban al interior.
Los vigilantes no tenían armas, estaban expuestos a cualquier ataque y tenían que imponer su autoridad y carácter; en caso de ser necesario enviaban a los presos a la celda de castigo.
Cabe recordar que tras varios años de abandono, el ex penal de Allende ahora será la Facultad de Artes de la Universidad Veracruzana (UV), luego de que el Cabildo de Veracruz aprobó donar el edificio y el Ayuntamiento hizo oficialmente la entrega.
Está ubicado en la avenida Allende entre Francisco Canal y Hernán Cortés en el primer cuadro de la ciudad; su historia se remonta a la época del «porfiriato».
Con información de: Xeu