Víctor era un buzo originario del puerto de Veracruz; murió trabajando para CFE en Venustiano Carranza, en el estado de Chiapas
El buceo era la pasión de Víctor Colorado desde que estudiaba el bachillerato. Cuando conoció esta actividad quedó encantado y comenzó a practicarla preparándose cada vez más hasta que se convirtió en su sustento como buzo especialista de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Víctor, originario del puerto de Veracruz, murió trabajando. De acuerdo con sus compañeros de trabajo, el joven fue víctima de una negligencia de la CFE mientras realizaba labores de “calafateo de las compuertas” de una planta hidroeléctrica ubicada en la zona más alta del cauce del Río Grijalva en territorio mexicano, en el municipio de Venustiano Carranza, Chiapas.
Trabajadores de la central hidroeléctrica argumentan que Víctor y otros empleados fueron obligados a realizar las labores pese a que expresaron que se sentían muy cansados y a que las actividades las debieron realizar empleados externos y no el personal de CFE. El joven no volvió a subir y la Comisión no habría hecho lo posible por sacarlo a tiempo del río.
Víctor acudió al llamado a la Central Hidroeléctrica Belisario Domínguez “LA ANGOSTURA” el pasado 24 de septiembre para realizar estos trabajos a través de la empresa Seamar, especializada en buceo de construcción e inspección, que a su vez trabajaba para la CFE.
De acuerdo con Valeria García Colorado, hermana de Víctor, esta era la primera ocasión que él trabajaba tan lejos de su familia. Todos los días le llamaba a su madre para decirle cómo le había ido en el trabajo y le preguntaba cómo estaban todos en casa. Valeria habló con él por última vez el día que murió, a las 5:00 de la mañana.
“Nos dijo que llevaba mucho tiempo trabajando y que después de esto iba a pedir sus vacaciones porque ya habían tenido mucho trabajo y pues esa fue la última vez que nos comunicamos. De hecho, yo me comuniqué con él el domingo a las 5:00 de la mañana, a esa hora se levantaba- Todavía me dijo ‘te amo”, relata.
Victoria recibió un mensaje a través de Facebook la noche del 24 de septiembre. Le preguntaron si era familiar de Víctor Colorado, el buzo.
“Me dijo ‘es que se cayó y se lastimó una pierna’. Le dije ‘pero ¿quién está con él? ¿Me puede proporcionar números, algo?’ Y me pasó dos números. El primero es del superintendente de la zona, se llama Víctor”, narra.
El superintendente le dijo que estaba enterado del accidente que había ocurrido, pero que Víctor no se encontraba comisionado en el área.
“Fue todo lo que me dijo. Regresé con esta persona y me pasó el número del contador Manuel Becerra. Él es contador de “La Angostura”, que es donde pasó el accidente. Él me dice que no se encontraba en la central, pero que iba para allá”, comenta.
El contador le aseguró que le llamaría cuando tuviera noticias, entonces eran las 11:00 de la noche. A las 4:00 de la mañana recibió una nueva llamada de él.
“Me dice que mi hermano no había bajado con otras dos personas y no había subido y me pasa al superintendente Gilberto Figueroa y me dice que había un cinco por ciento de posibilidad de sacarlo”, recuerda. Inmediatamente llamó a sus padres, y partieron hacia Chiapas, a la central hidroeléctrica.
“Llegué allá y se reunieron conmigo y me dijeron que mi hermano tenía línea de oxígeno. Que había un 80, 20, probabilidad de sacarlo, hasta ahí. Yo pensé que él seguía vivo porque yo desconocía hasta qué profundidad o qué condiciones o qué, yo no sabía realmente nada”, afirma.
El personal confirmó que se encontraban en maniobras para rescatarlo y los enviaron a un campamento que se ubica en La Angostura. Pasaron horas, ella intentó marcar al igual que sus padres para pedir informes y solo obtenían un escueto “siguen las maniobras”.
Según Valeria, había tres personas con su hermano, un buzo y otro supervisor, Luis Alberto Oros y Emilio Alcalde.
“Nadie me dio la cara. Me trajeron a dos empleados de llamar uno. Sé que se llama Eloy, que por lo que entiendo es el dueño de la empresa que, al parecer son empresas contratistas (…) me dijeron que había bajado a las 2:00 de la tarde y que a las 5:00 había perdido comunicación con ellos”, expresa.
Para entonces, ya era 27 de septiembre, los otros buzos no habían podido llegar a donde se encontraba su hermano, habían pasado horas y, entonces, el personal de esta empresa ya daba por hecho que Víctor había muerto.
“Les pregunté cómo es que ellos sabían que había muerto y me dicen que es que ellos le habían proporcionado oxígeno y gases, pero que él ya no los consumía, que ya estaba inerte”, dice. Valeria todavía peleó con el personal durante dos días más para que sacaran el cuerpo de su hermano del fondo.
“Yo sabía que nada más estaban bajando dos buzos cada 12 horas. Yo les dije que si necesitaban más buzos que se traían más, no quisieron. Corrieron a mucha gente que estaba ahí (…) muchos de los que sabían que había pasado hasta el día de hoy, ni siquiera ellos les dan una versión”, dijo.
El cuerpo le fue entregado el pasado 29 de septiembre, entonces lo trajeron a su natal Veracruz para darle sepultura. La familia interpuso una denuncia por homicidio ante la Fiscalía General del Estado, la cual quedó asentada en la carpeta de investigación 0025-106-0417-2023 por
“HOMICIDIO A QUIEN O QUIENES RESULTEN RESPONSABLES”.
“El nombre de esta persona es Antonio Bernabé. Por lo que tengo entendido es el encargado del proyecto, por lo que tengo entendido. Él fue el que dio las autorizaciones. Él solo da una explicación muy breve paso a paso. Pero pues nunca se identifica en la declaración qué trabajo tiene, qué puesto tiene, qué hacía mientras la maniobra de Víctor se realizaba, eh, no dice nada”, comenta Valeria.
La joven explica que ya recibió una parte de la carpeta de investigación, en donde solo hay un dato relevante: “Que de todas las personas que estuvieron en el momento, y sé por diferentes medios que fueron varias, hayan solo entrevistado a una, la cual ni siquiera informa su puesto o relación con CFE y ni qué actividades realizaba mientras mi hermano hacia su trabajo”.
¿Cómo era Víctor? Valeria decidió alzar la voz no solo para exigir justicia, sino también para recordar cómo era Víctor en vida.
“Contarte sobre mi hermano es muy difícil en este momento (…), él se interesó en esta carrera. Amó cada parte de ella, estar, debajo del agua”, dice mientras a la par asegura que su hermano enseñó a muchas personas su amor por el buceo.
“De hecho era muy disciplinado. Él era de esas personas que se separa a las 5.00 de la mañana. Se va a correr, regresa, se prepara su desayuno, se va a trabajar”.
Víctor hizo dos triatlones, hizo dos carreras en aguas dos, también asistió a dos competencias de nada en aguas abiertas. Le gustaba el ciclismo y también los animales. Apoyaba a la economía familiar, por lo que ahora su hermana es la que ayuda al sustento de la casa.
“Mis papás están devastados, están imposibilitados en este momento para poder hacer otra cosa. Yo soy la que estoy moviendo todo”, dice.
Tras la muerte de Víctor, la Comisión Federal de Electricidad aún da movimiento al seguro de vida del joven, tampoco a sus prestaciones u otros trámites. “Ya no me van a devolver a mi hermano yo. Lo único que ahorita es lo que busco es justicia y tranquilidad para mis padres. Es lo único que yo quiero”, afirmó.
Con in formación de: E-consulta Veracruz