La historia jamás contada del curandero más grande de los Tuxtla “Don Manuel Utrera Salazar”

La historia jamás contada del curandero más grande de los Tuxtla “Don Manuel Utrera Salazar”

¡Vieja apúrate a meter los leños, a la casa, ya está oscureciendo! Niños dejen de jugar al escondite se les va aparecer el Ave María Purísima ¡todos temeroso se metían corriendo a la casita, el abuelo les decía a todos, sierren las puertas las ventanas voy a sahumar la casa, y a regar agua bendita, hoy es un día fuerte, hoy jueves a las 12 de la noche los curanderos, yerbateros y en pautados aran su misa negra en el cerro del mono blanco, para dar inicio al primer viernes de marzo, cenen y a dormirse niños mientras nosotros rezamos, en esta noche escucharan aullar los perros, tocaran las puertas, maullar gatos, arriba de la casa escuchar caer cosas arañaran y les hablaran, no tengan miedo son los demonios en busca de una luz o los brujos que los utilizar para curar o los que aprenden o se desarrollan como brujos en este día. Poco a poco la noche fue cayendo en el pueblito perdido en la selva de los Tuxtla, la claridad de la luna se reflejaba en las tranquilas agua de la laguna, los grandes apompo en la oscuridad semejaban grandes demonios apunto de tragarse algún despistado que no se acordaba que era el primer viernes de marzo. Viejo tú conoces a muchos curanderos ¡si vieja y mis respeto para ellos¡ te voy a contar la vida de don Manuel Utrera Salazar fue el Curandero más grande de la Historia de nuestro pueblito. En la calle Real (hoy Calle Madero) aun lado de la casa de don Antonio Pérez y Palma, vivía el Señor Felipe Utrera Chigo y su mujer Antonia Salazar Ixtepan, tenían 5 hijos Felipe, Bernardino, Manuel, José y Ángela Utrera Salazar. Te contare la historia de Manuel y sus anécdotas. Manuel Utrera Salazar nació en el año de 1906 su padre decía nacio el 7 de marzo a las 12 de la noche el primer viernes de marzo un numero cabalístico y con una luna llena y con agua de la laguna fue bañado. En 1920 dejaron de vivir en la calle Real y llegaron a vivir a la calle sin nombre, (hoy) Iturbide esquina Ocampo, su infancia la paso como cualquier niño de su edad, pero era muy curioso gustaba de jugar con las culebras, arañas o diferentes animales ponzoñoso y hablaba con ellos y le obedecían, sus padres solo decían este niño tiene un gran don. A los 15 años empezó curando picadoras de culebras, con diferentes yerbas, disípelas con zapos y limones, a dar limpias con albaca y huevo, pero él quería saber más y a los 20 años un primer viernes de marzo, se internó en la selva camino por el arenal rumbo al cerro del mono Blanco donde decían que se encuentra una cueva y que ahí vivía el Ave María Purísima, pasaron los días y después de cuarenta días Manuel regreso, nadie supo que paso pero regreso igualito, pero todo el pueblo decía que tubo pacto con el demonio, se volvió mujeriego y parrandero, no sé cuántas mujeres cayeron rendidas a su pies, pero fueron varias pues conozco como a 30 hijos en el pueblo, Manuel se volvió famoso, curando los blanco y lo negro, venia gente de todas partes del estado y de la república Mexicana, se comenta que cuando vino el presidente de la republica Adolfo López Mateo lo fue a visitar muy temprano a su Casa, junto con el Gobernador Francisco López Arias, también se cuenta que los días primero de cada mes, por las noches se reunía en una casa que tenía a tras de su casa, varias personas entre hombres y mujeres, llenaban todo de veladoras y cirios negros, y escuchaban gritos y gruñidos y luego todo quedaba en silencio y nadie sabía a qué hora salían las personas! hay viejo me da miedo” me contaba Tía Melecia Ramírez que siempre que bajaba a la cala a comprar mojarritas en el corredor de la casa de Manuel esta un señor negro meciéndose en un sillón fumando un puro, y cuando Melecia, se encontraba a Manuel le decía que por las noches afuera de su casa avía un hombre, Manuel se reía solo le decía no pasa nada es el jefe que me viene a cuidar, también tío Colacho Acua que cuando iba por leña por el rumbo del arenal, se encontró a Manuel muerto y que perros negros lo despedazaban y los zopilotes lo picoteaban asustado llego a la comandancia para que fueran, y cuando llegaban encontraban a Manuel, sentado descansando y riéndose, la gente le tenía miedo, un día una de sus Mujeres tía Ángela Hernández me conto que fue con Manuel rumbo al cerro puntiagudo, dejándola en claro le dijo voy al cerro a buscar al jefe, aquí te quedas a recolectar yerbas, pasaban las horas ya Ángela asustada miraba a un hombre grande y feo que estaba fumando a tras de unos árboles, ya casi anocheciendo bajaba Manuel con las ropas desgarradas y el todo ensangrentando solo le decía le gane al jefe, volteaba y le decía al hombre fuera, se escuchaba un gruñido y brincaba entre los matorrales dejando un olor azufre, la gente le tenía respeto, imagínate Vieja que don Manuel Castillo tenía su cantinita cerca de su casa cuando nos íbamos a echar un fajo, llegaba Manuel se ponía a Tomar y cuando no tenía dinero mandaba a cortar hoja de naranjo lo enrollaba en su mano los soplaba y se convertía en un billete y pagaba y cuando se iba a su casa en el cajo ya no avía dinero puras hojas. ¡Viejo Manuel vivía Solo¡ no en un tiempo se fue fuera y trajo a vivir con él a una señora de nombre Flora y su hijo, y con flora procreo al último hijo que le puso Manuel, Vieja sabes que vi en la cantina de Manuel Castillo, que llegaba en su caballo y cuando ya no tenía dinero, le ponía su sombrero al caballo le hablaba al oído le pegaba al caballo, este se dirigía a su casa y pateaba el portón, salía doña Flora, le ponía dinero en el sombrero y el caballo regresaba a donde estaba Manuel y seguía tomado, Hay vieja hay muchos dimes y diretes de Manuel Utrera Salazar, de maldiciones a Casas, a Terrenos, que tantos hijos que tenía no los dejaban entrar a su casa, se habla de una muerte, Manuel enriqueció tenia hectáreas en la Magdalena, ganado, casa y dinero. Los años pasaron y Manuel empezó a enflaquecer a secarse poco a poco hasta que murió el 21 de Septiembre de 1969, fue una noche tenebrosa en el pueblo, me comentaban que se metieron varios pichos negros a su casa, al otro día que lo llevan a enterrar caminaban toda la calle Ocampo los cuatros cargadores cuando de pronto trono la caja y empezó a pesar como que se subió alguien arriba de la caja, que los hombres se le doblaron las piernas y antes de llegar a la iglesia, trono la madera de la caja y dejo de pesar, y el escándalo en parque de los pichos negros volando y los perros aullando, lo llevaron al panteón, y dicen que algunos curiosos se asomaron a dentro de la caja, para ver a Manuel por última vez el asombro y miedo que dentro de la caja no avía nada solo la ropa, pasaron otros años doña flora vendió el terreno y se fue a vivir al rancho en la Magdalena donde tuvo una muerte trágica, todos los hijos formaron sus hogares con su esfuerzo y de aquella inmensa fortuna no quedo nada, solo queda en recuerdo de los Catemaqueños del Mayor Brujo que tuvo Catemaco y que todos llamaron Manuel Utrera Salazar el en pautado quien le gano al demonio del Cerro del Mono Blanco, “ Vieja ya hay que dormir ya es media noche y todos los demonios saldrán a recorrer el pueblo.

Manuel Utrera Salazar el mayor Brujo de Catemaco y toda la región, quien retara a al Demonio Blanco en su cueva, en el cerro del mono blanco.
Manuel Utrera Salazar el mayor Brujo de Catemaco y toda la región, quien retara a al Demonio Blanco en su cueva, en el cerro del mono blanco.

El famoso Cerro del Mono Blanco (Demonio Blanco) donde los antiguo Chamanes, curanderos, yerbateros, Culebrero, chupadora y brujos adoraba o asían sus pactos, con el demonio el primer viernes de Marzo.
El famoso Cerro del Mono Blanco (Demonio Blanco) donde los antiguo Chamanes, curanderos, yerbateros, Culebrero, chupadora y brujos adoraba o asían sus pactos, con el demonio el primer viernes de Marzo.

La estampa de la Muerte que siempre estaba en su altar de su casa donde curaba lo Blanco, y su altar dedicado a lo negro se encontraba en el cerro del mono blanco. Fotos D” del Archivo de MEME ABSALON LEAL.
La estampa de la Muerte que siempre estaba en su altar de su casa donde curaba lo Blanco, y su altar dedicado a lo negro se encontraba en el cerro del mono blanco. Fotos D” del Archivo de MEME ABSALON LEAL.

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