La masacre del viernes por la noche en el Crocus City Hall, un enorme centro comercial y de espectáculos en las afueras al noroeste de Moscú, fue el ataque terrorista más mortífero en territorio ruso en casi 20 años.
La cifra de muertos por el ataque de la semana pasada a una sala de conciertos en las afueras de Moscú se elevó el miércoles a 140 al fallecer una víctima hospitalizada, dijeron funcionarios rusos.
Otras cuatro permanecen en “estado extremadamente grave” y los médicos hacen todo lo posible por salvarlas, dijo el ministro de Salud, Mijail Murashko.
Ochenta personas siguen hospitalizadas y otras 205 están bajo atención médica ambulatoria.
La masacre del viernes por la noche en el Crocus City Hall, un enorme centro comercial y de espectáculos en las afueras al noroeste de Moscú, fue el ataque terrorista más mortífero en territorio ruso en casi 20 años. Al menos cuatro hombres con fusiles automáticos dispararon al público e iniciaron un incendio.
Una filial del grupo Estado Islámico se declaró responsable del ataque, y el servicio de inteligencia estadounidense dijo que tenía información que confirmaba la responsabilidad del grupo. El presidente francés, Emmanuel Macron, dijo que Francia también tenía informes que señalaban a “una entidad de ISIS” como responsable del ataque.
El servicio federal de seguridad ruso, conocido por la sigla FSB, dijo que arrestó a 11 personas al día siguiente del ataque, entre ellas cuatro presuntos autores materiales. Los cuatro, identificados como ciudadanos tayikos, comparecieron en un tribunal el domingo para responder a cargos de terrorismo, todos con señales de haber sufrido golpizas. Uno de ellos parecía estar apenas consciente en la audiencia.
Con todo, funcionarios rusos insisten en señalar a Ucrania y Occidente como partícipes, acusación que Kiev rechaza enérgicamente. El presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy acusó a su contraparte ruso Vladímir Putin de alentar el fervor mientras sus fuerzas combaten en Ucrania.
El jefe del FSB, Alexander Bortnikov, dijo que las agencias de espionaje occidentales podrían estar implicadas. “Creemos que islamistas extremistas prepararon la acción, en tanto los servicios especiales occidentales los asistieron y el servicio especial ucraniano tuvo participación directa”, dijo Bortnikov sin entrar en detalles.
Reiteró la aseveración de Putin de que los cuatro agresores intentaban escapar a Ucrania cuando los arrestaron, lo cual era prueba de la presunta participación de Kiev.
Pero el presidente autoritario de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, lo contradijo el martes al afirmar que los sospechosos se dirigieron hacia Ucrania por temor a los controles estrictos en la frontera bielorrusa.
Con información de: Proceso