Ahora los papás se preocupan más por la formación integral de sus hijos y para ello deben poner cuidado a las emociones
Una crianza respetuosa, que implica tomar en cuenta las emociones de los niños, es una cuestión a la que muy pocos padres de familia le dan importancia, aunque son básicos para formar adultos plenos, expone la psicóloga Luz María León Mejía, especialista en Terapias Contextuales.
La especialista expone que la mayoría de los padres no dan importancia a lo que provoca en los niños los cambios, pero que es un tema básico, porque genera situaciones como miedo e inseguridad.
Cuestiones que parecen de menor importancia, como puede ser un cambio de nivel educativo, de primaria a secundaria y preparatoria, son situaciones a las que los padres deberían poner cuidado, pero la realidad es que nadie le da importancia a esos temas, señala.
Indica que todo lo que implica un cambio, afecta a los niños. “Cosas como cambiar de ciudad o de escuela o que los padres se separen, siempre les afecta. Hay que tener siempre en cuenta que los niños son emoción pura”.
Por ello, recomienda a los padres poner mucha atención en los cambios de conducta que les generan los giros en su vida. “Esas situaciones les generan inconformidad que se refleja en tristeza, miedo o enojo”.
Resalta que si los papás son observadores pueden ver esas situaciones en sus hijos cuando cambian de nivel educativo, “pero desgraciadamente no sucede y quienes lo hacen confunden las emociones de sus pequeños”.
La psicóloga Luz María León, quien es egresada de la Universidad IVES, de esta ciudad, explicó que el tema de “los niños de cristal” que se dice de los menores actuales es algo generacional. “Porque antes al ser familias numerosas no se les daba ninguna importancia a sus emociones, situación que ahora por tratarse de hijos únicos hay la posibilidad de atender esa cuestión”.
Ahora, dijo, los papás se preocupan más por la formación integral de sus hijos y para ello deben poner cuidado a las emociones.
Recuerda que antes había que repartir la atención de los padres en muchos hijos, cuando ahora solo tienen uno y es al que se le atiende en todo. “Es parte de la crianza respetuosa en la que se busca avanzar”.
El objetivo es que los niños crezcan conociendo sus emociones, para que pueda decir que le da miedo o le causa enojo o tristeza, “pero para los mayores eso es raro porque ellos dicen que en sus tiempos con una nalgada o chanclazo se resolvían los problemas, no hacía falta ir al sicólogo”.
Detalla que cuando hay una crianza respetuosa se ve al niño no como un objeto que no entiende, sino como un sujeto que tiene un pensamiento propio y que observa al mundo de forma distinta. No importa la edad, sus emociones son importantes aunque parezca que son “niñerías”.
Lamentablemente, asegura, muy pocos padres aplican la crianza respetuosa porque no tienen la estrategia para hacerla “y sigue habiendo gritos en la educación y formación de los menores”.
Remarca que esta formación les permite regular sus emociones a los niños, concluyó.
Con información de: Diario de Xalapa