Hace casi 50 años, la NASA en una misión envió las sondas espaciales Voyager 1 y Voyager 2 en 1977, una el 20 de agosto y la otra el 5 de septiembre, las dos ya se encuentran fuera del sistema solar, el objetivo era enviar un mensaje a alguna otra civilización fuera de la tierra.
Raúl Mujica, investigador del Instituto Nacional de Astrofísica Óptica y Electrónica (INAOE), detalló que se colocó en cada una de las naves un disco de cobre con una cubierta de oro, en la cual se incluyó diversos sonidos de la tierra y también canciones.
En el disco se envió el sonido del viento, del fuego, de los pájaros, lluvia, mar, chimpancés, lobos, tren, beso, signos vitales, ondas cerebrales, 118 imágenes, así como saludos en casi 70 idiomas, indicó.
Enfatizó que se incluyó música, en la playlist se envió el son jarocho «El Cascabel», del compositor veracruzano Lorenzo Barcelata,
Según Tim Ferry, quien estuvo a cargo de seleccionar la música, este son jarocho fue incluido porque el intercambio de solos de esta melodía es característico de la música mediterránea, la rapidez del arreglo es de procedencia africana, también cuenta con características del jazz americano y del blues, consideró que la canción parece tan ágil como un banco de peces voladores.
También está en la lista, música de Beethoven, Mozart, Stravinsky, Bach, y Chuck Berry, precisó Raúl Mujica.
Destacó que les falta muchos años para pasar cerca de una estrella, pero se tiene la esperanza de que el mensaje se entregue en muchos millones de años.
Además del disco, se incluyeron las instrucciones para que alguna otra civilización fuera del sistema solar escuche la música y sonidos de la tierra.
Con información de: Xeu