A su juicio, en esta contienda electoral, ¿a quién podría considerar el rival más débil por la gubernatura por la circunstancia que usted considere razonable o hasta emocional?
Está Juan Bueno Torio, en su carácter de Independiente lo que le hace ausente de estructura y quizás sólo con aquellos amigos que lo acompañaron aquella vez que se decía precandidato del PAN a la gubernatura: Hugo Fernández, Román Jiménez, Eugenio Pérez Orestes, Federico Salomón, entre otros.
Está también Alba Leonila Méndez Herrera, del PT, que por lo apresurado de su postulación, podría echar por la borda la oportunidad de ser la primera mujer candidata a la gubernatura de Veracruz en este siglo.
Armando Méndez de la Luz, hace algunos años conocido como “el joven Méndez”, hace poco visible su campaña.
Pipo Vázquez Cuevas hace ruido. Le funcionó su carrera de inicio de campaña y este sábado creo que hace otra en Coatzacoalcos y como sea, su presencia es más latente porque pareciera tener más estructura que los candidatos anteriores.
Al menos, ésos parecen ser los rivales más débiles.
II
Las publicaciones refieren a Miguel Ángel Yunes Linares como el candidato que puntea en las preferencias en este momento rumbo a la gubernatura y al menos en las redes, la percepción por la acción y reacción de los mismos panistas y perredistas, dice lo contrario; aunque también la pasividad del priismo pareciera devolverle a la alianza azul-amarilla la razón… ¿luego entonces? Vamos por partes.
Algunos “criticones” (así se hacen llamar, no es asunto mío) de Héctor Yunes Landa en las redes, son los de la alianza PAN-PRD. Lo critican porque se sube a un taxi (aunque se les pase decir que se reunió con taxistas) o porque asistió al partido de los Tiburones y no al Foro convocado por académicos de la UV (que no la UV)… pareciera que les preocupa más lo que hace el candidato contrincante que lo que hace su candidato, como si Héctor fuera el rival a vencer. Digo, si como dicen, Yunes Linares va arriba en las encuestas, entonces el rival a vencer es el del PAN-PRD, no Héctor… entonces, ¿por qué les preocupa el candidato de la alianza “Para Mejorar Veracruz”?
Como ejemplo de ello, me comentan que en Boca del Río, le rompieron un espectacular a Héctor Yunes, colocado sobre el bulevar Ruiz Cortines junto al de un restaurante que ni un agujerito o rasguño recibió.
II
Hace algunos días escribía de la pasividad de Amadeo Flores Espinosa, dirigente del PRI en Veracruz, con respecto a la campaña.
Sus amigos hablan de su experiencia… al interior del PRI hablan de su indiferencia. Es como si Flores Espinosa hubiera abandonado a su suerte a Héctor y por ello, es más fácil ver a un Pepe Mancha, un Cuevas Melo, ¡hasta un Sergio Rodríguez Cortés haciendo escándalo a favor de su candidato o en contra de Héctor! que a un Amadeo alzando la voz por su candidato.
Esa pasividad, letargo, estado comático, que se percibe en el PRI, me recuerda un escenario que dicho partido vivió hace algunas épocas: Cuando el PAN hizo el famoso corredor azul que abarcaba la zona conurbada de Veracruz, se prolongaba a Córdoba y concluía en Orizaba. Eran los tiempos en que muchos priistas, al menos en el puerto, se avergonzaban de ser identificados como priistas. Pareciera que este sentimiento se replica al menos en lo que va de esta campaña en el edificio del PRI estatal… con un dirigente del PRI débil.
III
¿Y Cuitláhuac? En una contienda donde los aparentes punteros son del mismo barro, no sólo por la parentela, sino por sus mismos orígenes partidistas, ¿qué posibilidades tendría de debilitar el candidato de Morena a los primos-hermanos?
Al menos hace unos días, junto con su líder moral, sacudió al PRI y al PAN en Tantoyuca, que pronto hubo lugar a una reacción con Sergio Rodríguez Cortés, uno de los estandartes del “PRD rojo”, ése que criticaba Uriel Flores Aguayo… por primera vez Héctor no fue el objetivo de sus observaciones, o como dicen ellos mismos, de sus “críticas”.
Como sea… entre las críticas de la alianza PAN-PRD y esa pasividad de un dirigente del PRI que hace extrañar a Alberto Silva Ramos en el puesto, uno no deja de pensar en quién realmente es el candidato más débil en esta contienda… ¿o el más devil?