CMAS: Agua buena y mala

CMAS: Agua buena y mala

Las botas llenas de lodo y la camisa empapada. “¿Tuvieron un día difícil?”, le pregunto. “Sí, pero es nuestra chamba y estamos para servirles”, me responde. Son trabajadores de la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento (CMAS), que llegan después de que desde el viernes no había gota en mi casa ni en el del vecino de arriba. La razón: Me suspendieron el servicio. ¿Falta de pago? No, para nada. ¿Entonces? ¡Ah! Es que instalaron los medidores de manera externa, y no coincidimos cuando esto ocurrió. “Oiga, pero no pueden cortarnos el agua así porque así”, le digo a un trabajador de CMAS, y me responde: “Lo sabemos pero nosotros sólo recibimos órdenes”…

Entiendo, no me puedo enojar con él porque es cierto, sólo cumple instrucciones… ellos no tienen la culpa.

II

Cosas de la vida. El sábado por la tarde, llega a mi bandeja electrónica un correo… son de algunos empleados de CMAS… quieren publicar su molestia para que lo sepa el alcalde Américo Zúñiga así como el director de la Comisión, Carlos Hernández Martínez, contra algunos funcionarios de CMAS, como son Diana Rosalía Moncayo Villanueva (Gerente de Recursos Humanos), Leopoldo González Arenas (Jefe de Nóminas), Carlos Irving Vite (Gerente comercial), Elida Vilchis (Subgerente Comercial) y Marco Antonio Bretón (Particular del titular de CMAS)…

Los motivos de su malestar contra la mayoría de estos funcionarios es porque a muchos de ellos ¡les redujeron su sueldo! Bueno, al menos no se los cortaron como a mí me cortaron el agua.

III

Pero ¿qué se puede esperar de funcionarios que con la mano en la cintura ordenan a los trabajadores suspender un servicio? ¡Claro! ¡Como ellos no dan la cara! Yo andaba muy encabronado pero cuando vi a esos trabajadores llegar a mi casa con las ropas húmedas, con las botas llenas de lodo, con herramienta al hombro, desapareció mi coraje… es cierto, algunas autoridades del Ayuntamiento y CMAS entendieron la arbitrariedad que cometió “alguien” de muy arriba en la Comisión y se giró la orden de restablecer el servicio…

–¿Le paso su herramienta?– le digo al trabajador que empezaba a reinstalar mi medidor…

–Por favor…

Agarro la mochila ¡y me ancla al piso! ¡Traía mínimo 25 kilos de peso al hombro!

IV

La carta de los trabajadores de CMAS señala algunas irregularidades en la gerente de Recursos Humanos, Diana Rosalía Moncayo Villanueva, como que carece de título para ejercer en tal cargo porque el ser Técnico en Contabilidad no le da…

La crítica a Leopoldo González Arenas (jefe de Nóminas) es superficial. Lo más interesante de él es que dicen que es padre de Liliana González Morales. ¿La recuerda? La joven que bautizaron como “Lady Arco Sur” cuando echó a andar su carro sobre un grupo de manifestantes en esta avenida.

En el caso de Carlos Irving Vite, Gerente comercial, alguna vez platiqué con él y entre broma y broma, decíamos que era el encargado de ajusticiar a los morosos… ¿debo pensar que él fue el encargado de dar la orden de que a los que pagamos puntualmente el agua igual nos quitaran el servicio?

Recuerdan que Vite, cuando trabajó en la CFE, mandó a tirar un puesto de mariscos de la calle de Allende… si es así, ¿a cuántos usuarios no habrán dejado sin agua por órdenes de Gerencia Comercial?

En el caso de la Subgerente Elida Vilchis, dicen que era muy católica  porque antes era la sombra de Cristo (Pantoja) y ahora es la sombra de Judas Iscariote (Carlos Irving Vite). Ésa es la broma. Lo que es en serio es de preocupar: si ve que los usuarios son humildes no los quiere atender y frunce la nariz. Además, presume de tener buena relación con Marco Antonio Bretón, particular de Carlos Hernández, a quien tachan de prepotente… al secretario…

Aunque se insiste, el caso más grave es el descuento a los sueldos de los trabajadores.

V

Los vecinos salen cuando me ven encabronado. Me dicen que a ellos le dijeron que si no sacaban sus medidores les iban a cortar el agua. Les cito que además de ser una amenaza velada (o aguada), es una arbitrariedad.

Abro las llaves… cae agua. Agradezco al jefe de la cuadrilla por la reinstalación y me dice que “estamos para servirles…” mientras en el otro departamento ya atienden a mi otro vecino; mínimo, les compro un refresco familiar. Cuando bajo por un martillo que les presté, los encuentro tomando el refresco ¡con galletas! Sí, sé que están de guardia por cualquier eventualidad, pero no dejo de pensar que mientras estas personas trabajadoras se chingan entre lodo, agua y a veces hasta mentadas maternales, gente como Diana Moncayo, Leopoldo González, Carlos Vite y Elida Vilchis, se pasan a toda madre su domingo.

 

smcainito@gmail.com

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