¡El link! ¡el link!, vía inbox me pedían algunos amigos.
Para ser más precisos: el “link” es el enlace o vínculo que permite acceder de un archivo, página o documento electrónico, a otro. El “inbox” es el servicio de mensajería privado.
Y todo esto surge por un comentario que pongo:
“Bueno, si ya bastante es risible o deprimente decir que un diputado es la Voz del Pueblo en el Congreso, el audio que se adjudica a El Chapo Joaquín Guzmán Avilés, teniendo conversaciones ‘muy elevadas de tono’ con una dama y fantaseando (¿se podrá decir ‘Fantasear’?) con niñas, abona más a esa falta de credibilidad en lo que llaman ‘son nuestra Voz’… Por supuesto, no pondré el link de ese audio”.
II
Sí, como dije en ese párrafo, no pondré el link de ese audio, a lo más, comentaré a grosso modo, parte de esa conversación que involucra (según la filtración de ese audio) al diputado del PAN, Guzmán Avilés, con una mujer de nombre Silvia.
La plática telefónica es digna de una “línea hot” (¿seguirán funcionando?) y en descargo del legislador blanquiazul, es una intromisión a su vida privada, ¿igual se podría catalogar las otras filtraciones que se han dado contra otros políticos, como fue el caso de Gabriel Deantes hablando con un desconocido o la de Javier Duarte de Ochoa con José Murat? Se pudiera responder a la pregunta diciendo que no, porque al final, el dejo de sospecha es de interés público. En el caso de la conversación del diputado Chapo, sólo exhibe un patrón en su comportamiento sexual en una llamada… conste: puse “llamada”, con Ll, no con M.
Luego entonces, ¿por qué mi negativa a entregar ese link a mis amigos, que al final lo obtuvieron por otros medios? Quizás por mi desagrado a la parafilia que detecto en el diputado si aplicamos el mismo tenor a su conversación filtrada con el resto de las citadas: que sea cierta.
III
Por supuesto, el hecho de que considere que el diputado Guzmán Avilés tenga una parafilia, no lo hace un “perverso sexual”, pero políticamente, puede dar lugar a pensar muchas cosas por lo siguiente:
1.- Cuando en ese audio que le adjudican a Guzmán Avilés, platica vía telefónica de masturbación con la señora Silvia, creo que nadie se espanta de ello. Los más acérrimos críticos dirán “la doble moral del PAN”, pero lo asumiría como exagerado.
2.- El asunto es cuando en dicha plática se menciona a una “chiquita”, que de acuerdo a la explicación que se da en el audio, es sobrina de la señora con la que platica el diputado del PAN. La “chiquita” a la que citan en la conversación, parece que es una menor de edad, por ciertas referencias que cita el diputado, como el tamaño de sus manos o decir “pìernitas”.
3.- ¿Y cómo es que políticamente la “parafilia” del panista puede afectarle? Muy sencillo…
IV
Si bien es cierto, es posible que un alto número de personas tengan fantasías sexuales, es la circunstancia y el momento lo que van a determinar si se trata de erotismo o no… Entonces, pasemos a la circunstancia y al momento del diputado erótico.
I.- Su conversación “hot”, válida, se desvirtúa cuando se hace pública, ¿por qué? porque su práctica choca contra la pared moral de una sociedad que es seguro que no reciba con beneplácito que el panista “fantasee” teniendo relaciones con una “chiquita”, sobrina de su pareja.
II.- Su conversación “hot”, válida, en privado por supuesto, se desvirtúa cuando en el entorno del candidato que apoya, ha sido señalado, comentado y publicado, en casos de pederastia. Por eso, “fantasear” teniendo relaciones con una “chiquita” no aplica, porque no ayuda a su candidato.
Que conste, si nos aplicamos al orden médico, queda eliminada la idea de “perverso sexual” porque ese término, ya no existe.
A lo más que podemos llegar a esto, es que el diputado Guzmán Avilés y su pareja telefónica alcancen un alto grado de erotismo imaginando tener relaciones con una menor de edad. Por supuesto, quizás un psicólogo pudiera decir que no es erotismo, sino paidofilia que, sumado al interés del vecino de Tantoyuca por ver la foto del calzón de la mujer al otro lado de la línea telefónica, tras su orgasmo, le pudiéramos agregar que es fetichista.
¿Es malo eso?
Yo creo que no… pero es el momento y la circunstancia que hacen que sus cachondeos telefónicos rompan con la sabia frase de “cada quien sus parafilias”.