La inseguridad que no cesa, mientras el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares está más preocupado por imponer a su hijo como su sucesor que en resolver el problema de la violencia.
Y es que aparte de los desmembrados y ejecutados en este fin de semana, en Papantla ha cundido la psicosis entre la comunidad médica por los secuestros, temor fundado que padecen otros galenos a lo largo y ancho del territorio veracruzano.
Y es que 17 médicos residentes y pasantes abandonaron sus plazas en el hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) – Coplamar de Papantla.
La falta de esos especialistas perjudica a un promedio de 30 mil usuarios de la zona norte de Veracruz, reveló el secretario de la delegación 21 del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social (SNTSS), Eleazar Villanueva Fernández.
Cabe recordar que el pasado 11 de agosto, la ginecóloga Kassandra Ramírez Huerta fue reportada como desaparecida mientras se dirigía al nosocomio.
Días después se confirmó que fue secuestrada, pero que sus captores la liberaron después de cobrar el rescate a sus familiares.
Desde entonces, el resto de los residentes provenientes de Guanajuato, Monterrey y la ciudad de México, así como del municipio de Córdoba y Veracruz, abandonaron sus funciones en las áreas de ginecología, pediatría, medicina interna, cardiología y traumatología, por temor a ser secuestrados.
Los médicos y las enfermeras pasantes, también dejaron de asistir al hospital IMSS–Coplamar de Papantla, lo que ha generado la desatención y reprogramación de las citas médicas de los derechohabientes, principalmente en los horarios nocturnos.
El martes pasado, a través de redes sociales, reportaron la desaparición de la médico pasante del servicio social, Amelia Sequera Martínez, quien fue vista por última vez cerca del IMSS– Coplamar de Papantla. Pero el pasado miércoles, los familiares de la joven notificaron que ella se encontraba en la Ciudad de México, sana y salva.
Por esta situación, el Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social catalogó como focos rojos a los nosocomios de los municipios de Papantla y Poza Rica ante los secuestros de los médicos residentes.
Ecocidio en la cuenca del Pixquiac
En San Andrés Tlalnelhuayocan, la alcaldesa Ariadna Guadalupe Ángeles Aguirre, gobierna para los poderosos; eso dicen los campesinos de su municipio. Sólo le hace caso a los adinerados. Una prueba fehaciente fue el deslave que ocurrió en el camino a La Vega el 31 de agosto del presente a las 7:15 am que afortunadamente no ocasionó pérdidas fatales porque los niños que cruzan esa vía ya habían pasado rumbo a la escuela. Los ejidatarios dieron aviso al Ayuntamiento, pero los empleados municipales sólo fueron a ver el derrumbe sin dar ninguna ayuda. Así que con pala y carretilla en mano, los pobladores han estado removiendo el desgajamiento del cerro desde el 31 hasta el día de hoy, pero es imposible mover varias toneladas de tierra y rocas de esa manera, por lo que van a tardar semanas en normalizar su vía de comunicación, si es que no se les adelanta otro deslave. La afectación al cerro y a un manantial aledaño fue ocasionado por un amigo de la alcaldesa al que le dio permiso para hacer un camino en una zona inviable. El resultado fue crear un peligro para la comunidad, afectando a cientos de campesinos que tienen que transitar por esa vía. La alcaldesa, coludida con las autoridades ambientales del orden estatal y federal, viola las leyes que protegen a la cuenca del río Pixquiac.
Gobierno de Miyuli, en picada
Nuevamente, una medición independiente del gobierno nos hace ver que la realidad en Veracruz no es como la quiere pintar el gobierno estatal.
De acuerdo con la Encuesta Nacional 2017 del Gabinete de Comunicación Estratégica, Veracruz se encuentra entre los cinco estados del país con los mayores niveles de insatisfacción ciudadana entre sus habitantes, junto con Guerrero, Chiapas, Morelos y Tabasco.
Además, la encuesta arrojó que 58.3 por ciento de los informantes consideran que el estado de Veracruz está estancado, 20.5 piensa que está retrocediendo y 18.2 por ciento cree que está avanzando.
Otra variable que se midió fue si se considera que el gobernador tiene las riendas de su estado o que las cosas se están saliendo de su control. En Veracruz, 65.4 por ciento de los encuestados respondieron que se están saliendo de control. Además, 52.9 por ciento desaprueba la gestión de Miguel Ángel Yunes, contra 40.3 por ciento que la aprueba.
Y a la pregunta de si el gobernador de su estado, fuera su vecino y usted tuviera que ausentarse de su casa por varios días, ¿le confiaría las llaves de su casa?, en Veracruz, de plano, 77 por ciento dijo que no.
Datos duros. ¿También dirán que los veracruzanos quieren un convenio?