CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) dio a conocer que este año han sido asesinados 65 reporteros a causa de su trabajo informativo, es decir, mientras realizaban su trabajo o de forma deliberada porque sus investigaciones molestaban, como ocurrió con la mexicana Miroslava Breach Velducea.
En su Balance 2017 de ataques cometidos contra periodistas, RSF señala que en México se ha registrado casi el mismo número de periodistas asesinados (11) en Siria, el país más mortífero para los reporteros, con 12 ejecutados.
Precisa que el 60% de la mayoría de los reporteros ultimados eran periodistas profesionales. Y si bien este año ha sido el menos mortífero para ellos desde hace 14 años (un total de 50), subraya, las cifras siguen siendo alarmantes.
De hecho, apunta, desde 2012 se ha observado un descenso constante en este apartado.
RSF señala que los periodistas han huido de los países que se han vuelto muy peligrosos, como Siria, Yemen o Libia, pero también se ha observado una mayor toma de consciencia sobre la importancia de proteger a los periodistas.
Desde 2006, sostiene, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha aprobado diversas resoluciones relativas a la protección de los periodistas, mientras que en las redacciones de numerosos medios de comunicación se han establecido medidas de seguridad.
“La disminución de las agresiones no concierne a las periodistas, pues en 2017 se ha duplicado el número de reporteras asesinadas: han muerto diez este año, mientras que en 2016 fueron cinco. La mayoría de ellas eran intrépidas y experimentadas periodistas de investigación”, recalca.
A pesar de las amenazas que habían recibido, muchas de ellas seguían investigando y revelando casos de corrupción, como Daphne Caruana Galizia en Malta, Gauri Lankesh en India y Miroslava Breach Velducea en México, detalla.
De acuerdo con RSF, otra tendencia notable de este año es que ciertos países en paz han sido casi tan peligrosos para los periodistas como algunos que se encuentran en guerra. Por ejemplo, el 46% de los asesinatos de reporteros se han perpetrado en países donde no existen conflictos armados declarados, mientras que en 2016 fue del 30%.
Christophe Deloire, secretario general de RSF, lamentó que “los periodistas de investigación que trabajan sobre temas importantes como la corrupción o los escándalos ambientales, y que cumplen una función fundamental de contrapoder, sean convertidos en blanco de aquellos a quienes estas investigaciones incomodan”.
Esta alarmante situación, añadió, “nos recuerda la necesidad de proteger aún más a los periodistas, en un período de globalización de los desafíos de la información y de la internacionalización de la amenaza”.
Según el informe de RSF, hasta el 1 de diciembre de este año, 326 periodistas se encontraban tras las rejas por haber ejercido su labor informativa. Y, al igual que en el caso de los periodistas asesinados, el número de reporteros encarcelados es menor este año (-6%).
Aunque la tendencia general es a la baja, apunta, ciertos países que hasta ahora no habían sido identificados como “países-cárcel” para los profesionales de los medios de comunicación, se han distinguido por un número inusualmente elevado de periodistas encarcelados. Es el caso de Rusia y de Marruecos.
Por otra parte, a escala mundial cerca de la mitad de los periodistas detenidos aún se concentra en cinco países. China y Turquía siguen siendo las mayores prisiones de periodistas en el mundo.
El informe de RSF concluye que actualmente hay 54 periodistas secuestrados en el mundo, en manos de grupos armados o criminales, organizaciones no estatales como el grupo Estado Islámico o los Hutíes en Yemen.
Cerca de tres cuartas partes de los reporteros secuestrados son periodistas locales, que a menudo trabajan en condiciones precarias y que comportan grandes riesgos. Y todos los casos de periodistas extranjeros secuestrados se registran en Siria, remata.