Ni parecen vacaciones de diciembre, le decía al marido que iba conduciendo el auto y me llevó hasta Palacio de Gobierno. Entre dientes, él refunfuñaba, “ni parece que estés de vacaciones”.
-Mira, ya está fluyendo el tráfico- le dije para aminorar el reclamo, pues era el tercer día que le pedía fuera mi chofer para ahorrarme el estacionamiento.
Otra vez llegué casi en la raya. Algunas de mis compañeras consejeras ya estaban en el Salón Benito Juárez de Palacio de Gobierno. Era un día importante, pues después de estar parte de la mañana y tarde de los días miércoles y jueves en el Salón Benito Juárez, este viernes votaríamos por las tres mujeres que conformaron la terna para que el gobernador decida quien será la Directora del Instituto Veracruzano de las Mujeres (IVM).
Tiene razón el marido, no comimos juntos el lunes; el martes me alcanzó en el restaurante para comer en una hora, además de que se ha sorteado mis malhumores, mis malestares, mis alegrías y pláticas acerca del proceso de designación de la terna para elegir a la que será la Directora del IVM y que se encargará de promover, fomentar e instrumentar las condiciones que posibiliten la igualdad de género; además de contribuir a eliminar los obstáculos para el pleno goce de los derechos humanos de las mujeres e impulsar la transversalidad de la perspectiva de género de las políticas públicas en el estado de Veracruz.
¿Por qué malhumores? Pensará usted, si debería estar muy contenta al contribuir con las de mi género a mejorar nuestras condiciones. Pues porque desde que salió la convocatoria al IVM, han existido declaraciones de varios grupos de que es un proceso simulado. ¡Por Dios! después de tantas horas-nalga de revisar el currículum de las once participantes en donde las Consejeras tanto de los Consejos Consultivo y Social supimos de su experiencia, principalmente en aspectos de género, de discutir diversos puntos de vista, pues es claro que no tenemos los mismos, y lo peor, de no ver a mi marido, y estar viendo puro cuadro de ex gobernadores, es el colmo que digan que es una simulación. Aunque lo mejor de todo es que no está el cuadro de Javier Duarte de Ochoa, ése ya es un gran alivio.
El lunes, aparte de revisar documentación, las Consejeras nos dimos a la tarea de formular preguntas en materia de género y otros temas relevantes a la misión del IVM para que las participantes seleccionaran tres preguntas al azar y demostraran su capacidad, conocimiento y sensibilidad ante los problemas que enfrentan las mujeres en diversos ámbitos. Por la tarde de ese mismo día, escuchamos las propuestas de trabajo por veinte minutos de Yolanda Olivares Pérez, Guadalupe Martínez Hernández y Rosalba Hernández Hernández, además de que se volvió a cotejar su documentación con los originales que traían consigo.
El martes tocó el turno de Diana Fabiola Álvarez Salas, Itzel Jurado Ortiz, Sara Gabriela Palacios Hernández, Rosa Hilda Rojas Pérez; y por la tarde, a Denisse Guadalupe Castán Hernández.
Antes de iniciar la votación, este viernes, las presidentas de los Consejos Consultivo y Social, Minerva Cobos y Mayra Rojas, nos daban a conocer que la aspirante y actual encargada del IVM Sara Gabriela Palacios Hernández, renunciaba a su aspiración mediante una carta que les había entregado.
Posteriormente, la votación inició de la manera que habían votado las mismas consejeras. Tres vueltas o rondas, con voto secreto; leído a la vista de todas, se determinó la terna integrada por Yolanda Olivares Pérez, Diana Fabiola Álvarez Salas y Rosa Hilda Rojas Pérez.
Una parte de la tarea se ha cumplido; ahora falta la decisión del gobernador y por supuesto, el trabajo por las veracruzanas de la que será la nueva directora del IVM.
Puedo decir que me siento tranquila, en paz conmigo misma, sin presiones de nadie y por supuesto feliz, no porque ahora ya podré disfrutrar de mis vacaciones, sino porque a todas las mujeres se les permitió poder acceder y plantear su propuesta para ser la titular del IVM.
La terna se entregó al secretario de Gobierno, Rogelio Franco Castán, el que por cierto fue muy solicitado para tomarse la respectiva foto.