COLUMNA APUNTES, POR MANUEL ROSETE CHAVEZ «LA PGR REACTIVARA LAS DENUNCIAS CONTRA MIGUEL A. YUNES LINARES: MANUEL ESPINO BARRIENTOS»

COLUMNA APUNTES, POR MANUEL ROSETE CHAVEZ «LA PGR REACTIVARA LAS DENUNCIAS CONTRA MIGUEL A. YUNES LINARES: MANUEL ESPINO BARRIENTOS»

La sinfónica jarocha
 
En tiempos de mayor florecimiento de las artes, en todas sus manifestaciones, dentro de nuestra Casa de Estudios, la Universidad Veracruzana, cuando el rector era don Roberto Bravo Garzón, concibió la idea de crear una Orquesta Sinfónica de Veracruz; sí, del Puerto de Veracruz, porque ya existía la de Xalapa bajo la dirección del maestro Luis Herrera de la Fuente.
Bravo Garzón le dio la encomienda de trabajar en la construcción de este importante proyecto al maestro Manuel de Elías Mondragón, compositor, pianista y director de orquesta.
El recinto donde comenzaron los ensayos de los músicos de la OSV fue el majestuoso Teatro Francisco Javier Clavijero del puerto de Veracruz, que se encuentra ubicado en la calle de Emparam 166, entre Independencia y Cinco de Mayo, lugar donde se realizó el concierto inaugural, y todos los de las temporadas de la corta vida que tuvo esa organización orquestal, que nació en el año de 1980 y al siguiente desapareció.
¿Qué pasó con la Orquesta Sinfónica de Veracruz, por qué decidieron las autoridades universitarias dar por terminada la vida de esa institución?
Bueno, la razón fue que la sala lucía casi vacía durante los conciertos de la OSV. Era muy triste para los músicos, todos ellos de una gran calidad profesional, y también para su director el prestigiado maestro Manuel de Elías, y no se diga para la administración de la orquesta, el hecho de que nadie asistiera a los conciertos. De plano, los jarochos no le dieron importancia y tuvo que desaparecer. A los ciudadanos porteños de aquel tiempo no les interesaba la música sinfónica y punto.
Alguien le recomendó al maestro Bravo Garzón que si deseaba hacer algo que trascendiera en la tierra que lo vio nacer, que formara un grupo de salsa, que sin duda ese sí tendría éxito. Más tarde le dijeron que en el puerto existía la Orquesta Tradicional “Moscovita”, bajo la dirección del maestro Pedro Domínguez Castillo, veracruzano del mero barrio de La Huaca de Toña la Negra, conocido en el ambiente artístico como “Moscovita”, y es cuando Bravo Garzón decide fundar la Orquesta de Salsa de la UV, con músicos profesionales, dedicada al rescate y difusión de la música afrocaribeña, de la música tradicional veracruzana, música con tremenda influencia del Caribe, considerando al puerto de Veracruz como la puerta de entrada a todas las culturas provenientes de la vieja Europa, con su respectivo contacto con la influencia africanizada del Caribe, poniendo en su repertorio música de lo más variado de los ritmos existentes dentro de la música afrocaribeña, desde el más clásico danzón o danzonete, pasando por boleros, sones, son pregón, mambos, cha cha cha, pero todo con la rica cadencia rítmica del Caribe… ¡Y fue un hitazo!
Cada que vemos el llamado Foro Boca, el cual se ubica en Boca del Río, construido con un presupuesto superior a los 350 millones de pesos, viene a nuestra memoria el asunto de la Orquesta Sinfónica de Veracruz porque es un recinto que cuenta con sala de conciertos y espectáculos para 966 espectadores, además de una sala de ensayos que permitirá la presentación al público de conciertos de cámara, funciones de teatro, cine y danza contemporánea con capacidad de 150 espectadores.
Esperemos que los beneficiarios de esta obra lo sepan aprovechar, porque mientras lleven a fuerza a los burócratas y colonos cada que hay eventos para llenar la sala, bueno, pero sospechamos que pronto acabará el interés (electoral) por aparentar que esa magna obra es un gran éxito y terminará abandonada con la molestia justificada de los veracruzanos por haberse invertido tantos millones de pesos en un recinto para conciertos mientras hay otras necesidades mucho más importantes que atender, además de que la cultura como que no se le da a la jarochada.
 
El video de los cien días
 
Hoy, se cumplen 103 días del gobierno municipal de Xalapa que encabeza el morenista Hipólito Rodríguez Herrero. Ya mucho se ha dicho y escrito de esta administración municipal, por lo que ha hecho desatinadamente y por lo que ni siquiera ha hecho, también. Las comparaciones siempre son incómodas, sin embargo, son verdaderamente necesarias, y en este caso, la referencia más reciente, es el gobierno anterior encabezado por el priista Américo Zúñiga Martínez.
Circula en redes un video (https://www.youtube.com/watch?v=tPvl7UfVy3c&feature=youtu.be) publicado el 12 de abril del año 2014, en el que Zúñiga Martínez, entonces alcalde y hoy dirigente estatal del PRI, brindó todo un informe de los Cien Días de su gobierno. A lo largo de 44 minutos el entonces munícipe enumeró las obras y acciones que para ese momento ya eran una realidad y que incluían ya calles pavimentadas, obras de infraestructura hidráulica y sanitaria, espacios urbanos rescatados y la mejora de los servicios de agua potable, limpia pública, entre otros, que eran ya valorados positivamente por la población.
Esa fue la inercia generada que fue incrementándose a lo largo de los cuatro años de su gestión municipal. Dinámica de mejoramiento que se ha visto interrumpida lastimosamente a partir de este 2018, precisamente, a partir de la entrada en funciones del gobierno municipal emanado de Morena.
Valdría la pena que los morenistas, expertos, según ellos, en la administración pública, echen una revisada al video antes señalado, para que vean, la magnitud del reto que tienen que superar y al mismo tiempo reconozcan el grado de involución en el que han sumergido a la capital del estado que se debate entre la incapacidad de sus actuales autoridades. Los “morenos” parecen no saber gobernar, pero eso sí, les gusta hacer escándalo y sobre todo, victimizarse para apelar a la compasión popular, eso sí les sale bien.
Por cierto, buen viaje al alcalde Hipólito, Xalapa le espera con los baches abiertos.
 
Nos lo platicó Duarte
 
Palabras más, palabras menos, pero durante un desayuno al que asistimos en la casa del maestro Carlos Brito Gómez, el entonces gobernador Javier Duarte de Ochoa nos comentó que en el municipio de Boca del Río, en la Torre Pelícano, había sostenido una reunión con Miguel Ángel Yunes Linares. Las elecciones federales estaban en puerta. Los mexicanos elegiríamos Presidente de la República y Senadores. Yunes Linares le habría pedido a Javier Duarte apoyar mediática y financieramente la campaña de su hijo Fernando Yunes Márquez, rumbo al Senado de la República y, a cambio de eso, los Yunes bajarían el discurso crítico en contra del gobernante y de su administración.
Otro punto acordado en aquella reunión fue que por el apoyo acordado al hijo de Yunes Linares (Fernandito), este no operaría a favor de Josefina Vázquez Mota, para que en el estado de Veracruz ganara el candidato del PRI, Enrique Peña Nieto. De ahí que esa noche Yunes Linares conoció la famosa cava de Duarte, incluso no se duda que de ahí hayan sacado para descorchar algunas buenas botellas de vino para cerrar los tratos que hicieron en aquel momento.
Por eso es que, al escuchar en sus conferencias de prensa a Yunes Linares, la reflexión es inmediata, salta, ¿por qué aparentar lo que no es, por qué presentar esto como el gran descubrimiento resultado de una investigación si muchos veracruzanos, especialmente actores políticos, sabían de la existencia de estos departamentos y otros más?… A nadie engañan, a nadie sorprenden.
 
Reflexión
 
“El arte de la fuga”, de Sergio Pitol, es el libro que le regaló Yunes a  don Joaquín Guzmán Loera “El Chapo” cuando estaba en Puente Grande.

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