Un atajo para llegar a AMLO

Un atajo para llegar a AMLO

Hay dos años que recuerdo perfectamente por la vergüenza nacional que debió cubrir el rostro de todos y cada uno de los mexicanos: 1988 y 2007. Igual está el 2016, pero ése no lo sentí tanto.
Estoy seguro que esas fechas marcan al mexicano como un tramposo y en el que de seguro, se ubicó como un sujeto de poco fiar… algo similar percibí en el 2017, cuando por una razón u otra, acudía a la Ciudad de México, y apenas se enteraban de que era veracruzano, en lugar de que los chilangos dijeran: “¡Ah! La Bamba!”, “¡Jarocho!”, “¡Los voladores de Papantla!” o el paisaje cultural que usted quiera pensar cuando le citan Veracruz… ¡pero no! De inmediato salían con “¡Duarte!”
Bueno, pues el 88, 2007 y 2016, creo que son años donde este fenómeno que algunos vivimos fuera de Veracruz, se repitió pero en gran escala.
II
Si usted piensa que por citar el 88 me refiero a la caída del sistema y la génesis del salinato, por esta ocasión me remito a otro hecho que a lo largo de este comentario ha de entender porqué.

En el 88, el futbol mexicano fue motivo de escándalo cuando salieron a relucir los famosos “cachirules” de la Sub 20, que competía para llegar al Mundial Juvenil del 89. Se sancionó a la selección juvenil pero la Federación Mexicana de Futbol se ofendió ante el castigo (dijera Alberto Cortez: la puta se piensa pura como cuando era muchacha; y el cornudo regatea la medida de sus astas) y por andar de soberbia, sancionaron a todo representativo del balompié azteca, quedando fuera del Mundial Italia 1990.
III
¿Y el 2007? En el ámbito político pasamos a ser el hazmerreír mundial por “el hombre más rápido de México”, como así lo tituló un periódico alemán. ¿Ya recordó, verdad?
Hablamos de Roberto Madrazo, el hombre que cruzó la línea de meta del maratón de Berlín con los brazos en alto, en señal de triunfo.
Después de que fuera revisado el chip propio que llevan los maratonistas para monitorearlos, descubrieron que durante un buen tramo, el tabasqueño había “desaparecido”, por lo que muchos hasta presumieron que había subido a un carro o tomado un atajo.
Al final, el Comité organizador del maratón lo descalificó y quedó como un tramposo.
IV
En el 2016, Carmen Aristegui pone al descubierto un hecho que si bien, no fue motivo para avergonzarnos por el hecho expuesto, sí incomoda… Enrique Peña Nieto había hecho una cantidad sorprendente de plagios, fusiladas, copy&paste, en su tesis… vamos, en pocas palabras, la periodista ponía al entonces joven Peña Nieto, como un auténtico tramposo…
Al final, es increíble, pero de estos tres casos, mi fe todavía se deposita más cada fin de semana en un partido de futbol, pero soy incapaz de ponerme una camiseta verde aun cuando la Selección Mexicana se juegue la vida con tal de pasar al quinto partido…
De Enrique Peña Nieto es posible que al final, sea un político astuto, no sólo por haberse titulado con una tesis llena de fusiles, ¡sino incluso hasta por llegar a ser Presidente de México!
El que me sorprende es Roberto Madrazo, quien dos sexenios después, salga conque en el 2006, los resultados electorales favorecían a Andrés Manuel López Obrador… ¡cuán diferente pudo ser que en su momento, hubiera salido a decir lo mismo!
Con sus antecedentes, es seguro que tras el dicho de Roberto Madrazo Pintado, haya una trampa oculta o quiera tomar un atajo para acercarse a su paisano Andrés Manuel López Obrador…
Por mi parte, insisto, prefiero creerle a un partido de futbol que a Peña o a Madrazo.

administrator

Related Articles