Vestigios de Canadá llegan al Templo Mayor

Vestigios de Canadá llegan al Templo Mayor

*La exposición en el emblemático museo arqueológico se presenta a partir de este 13 de octubre.|
Un centenar de vestigios arqueológicos hallados en Quebec y en Ontario, Canadá, así como en Nueva York, Estados Unidos, se presentan en la exposición “Iroqués, visión arqueológica de una antigua cultura de Quebec”, la cual da cuenta de la vida cotidiana de ese pueblo que en el 800 d.C. aproximadamente adoptó el maíz como alimento básico para su subsistencia, cambiando así la fisonomía de la América septentrional.
Inaugurada anoche en el Museo del Templo Mayor, la muestra llega a México en reciprocidad por la exposición “Los aztecas, el pueblo del sol”, que se presenta en la ciudad canadiense de Montreal, donde ha recibido a casi 130 mil visitantes.
Cerca de 130 piezas, los mexicanos podrán apoderarse del gran descubrimiento de los iroqueses, “de la misma forma que los quebequenses pueden descubrir al pueblo azteca con la exposición que se encuentra en Montreal”.
En el acervo de los pueblos iroqueses que el público podrá admirar, destacan ollas de barro, pipas, herramientas de trabajo y de la vida cotidiana, como punzones, puntas de flecha, metates y arpones, además de vestigios europeos del siglo XVI y granos de maíz carbonizados, entre otros.
Este grupo indígena se desarrolló a partir del año 500 y hasta el siglo XVI, cuando desapareció o se dispersó sin dejar vestigios. Incluso por muchos años se pensó que era una leyenda. Sin embargo, en los últimos años las investigaciones arqueológicas han arrojado evidencias de su existencia.
Para Patricia Ledesma, directora del Museo del Templo Mayor, el único dato existente hasta antes del siglo XX de este grupo nativo de América del Norte era el reporte del colonizador Jacques Cartier (1491-1557 ), quien entabló contacto con ellos entre 1534 y 1542, y del capitán Jean-François de La Rocque de Roberval (1500-1560), .
Agregó que seis décadas después una nueva expedición encabezada por Samuel Champlain (1574-1635) arribó a la misma zona, sin encontrar rastro alguno de esta sociedad.
Durante el siglo XX, los trabajos arqueológicos canadienses permitieron hallar restos de cerámica con patrones geométricos y representaciones de mazorcas de maíz en el borde, que los expertos determinaron como característicos de esta cultura de Quebec.
Con estas evidencias se han identificado decenas de asentamientos indígenas que compartían esta tradición cultural, incluidas dos de las villas que reportaron los exploradores franceses: Hochelaga y Stadacona, lugares donde se asientan Montreal y Quebec.
El recorrido culmina con el tema del contacto europeo y el fin de este pueblo; en este último apartado, se exhiben fragmentos de cerámica extranjera que dan testimonio de la etapa histórica en la que convivieron por última ocasión los colonizadores y los grupos indígenas del río San Lorenzo.
De igual forma se exponen las teorías científicas que se han propuesto para explicar la desaparición de esta etnia.
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Fuente: Aristegui noticias

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