By En Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Veracruz, muchos campesinos han dejado de producir por cuestiones de inseguridad, hay un flagelo en el campo mexicano porque el 20 por ciento de las tierras de cultivo están controladas por el crimen organizado para la siembra de estupefacientes, sostuvo el dirigente nacional del Movimiento Agrario Indígena Zapatista (Maiz) e integrante del Frente Indígena Zapatista de México, Ángel Cruz Juárez.
En entrevista, comentó que el crimen organizado tiene control en varias partes del país, pero no lo han querido reconocer las autoridades, y citó como ejemplo que en Michoacán hay regiones acaparadas por células delictivas, que aunque esté el ejército o corporaciones policiacas el grupo organizado es quien controla el territorio.
Lo que calificó como grave para el campesino, ya que no puede sembrar lo que quiere sembrar, ya no hay libertad sino que está condicionado a que ellos seleccionen o dirijan la producción, ya no hay libertad y si el agricultor se opone lo desaparecen.
El dirigente nacional de Maiz consideró que esta situación no es nueva, «ya viene de hace 10 años, en donde se empezó a detectar esta situación, en 10 años el control ha ido aumentando, incluso antes se podía hablar sobre esta situación en las comunidades, ahora ya no se habla, y uno puede decir ya no pasa nada, pero no es eso, sino hay un control absoluto del crimen organizado».
Así, Cruz Juárez señaló que el 20 por ciento de la tierra de cultivo está controlada por el crimen organizado, ellos llegan con tecnología y pueden seguir su siembra, muy diferente a un lugareño que no cuenta con una estructura para poder llevar su riego, a ellos se les facilita, «exactamente no tenemos pormenorizado el dato, pero hay cuestiones de estas en los estados de Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Veracruz».
«Ha sido un proceso en donde la autoridad ha permitido, ha sido omisa, cómplice, sin embargo, hay casos de labradores en Guerrero que hoy están encarcelados, pero no se somete a los integrantes del grupo organizado, sino el primer eslabón es el campesino que se convierte en primer víctima».
Por ejemplo, en Jalisco un compañero hacía un recorrido por la sierra, se encontró con una siembra y fue ejecutado, es grave porque el trabajador es víctima del crimen organizado, dijo el dirigente de Maiz, quien también recordó a Caro Quintero, en su rancho El Búfalo, le daba trabajo a mucha gente, era visible y la autoridad no decía nada.
FUENTE: LA JORNADA VERACRUZ
