El Calupoh, también conocido como perro lobo mexicano, es una raza híbrida originaria de México, la cual surgió en la época prehispánica como resultado de la mezcla entre el lobo gris mexicano y el perro.
Es una raza que necesitó varios siglos para lograr ser domesticada y que hasta 1999 fue reconocida por la Federación Canófila Mexicana como la tercera raza de perros mexicanos, solo después del Chihuahua y el Xoloitzcuintle.
El Calupoh nació de la mezcla entre el perro y el lobo gris, combinación que resultó positiva gracias a la similitud de ambas especies. Su domesticación se llevó a cabo durante la época prehispánica y se extendió hasta el siglo XVI.
Sin embargo, con el paso del tiempo y por la falta de protección, comenzó a diluirse la raza hasta casi perderse. Fue hasta la década de los 90 que iniciaron los trabajos de investigación, recuperación, crianza y conservación.
Dicho proyecto tuvo como base cruces entre perros y lobos con el objetivo de hacer un rescate cultural e histórico de esta especie.
Gracias a un arduo trabajo arqueozoológico, en el año de 1999 se identificó al primer ejemplar de perro lobo mexicano. Después, en 2017, se encontraron restos de un canideo lupoide, el cual tenía una antigüedad de más de cinco siglos y formaba parte de una ofrenda encontrada en la Plaza Mayor, además estaba ataviado con refinadas piezas de oro.
Igualmente, durante las excavaciones de la zona arqueológica de Teotihuacán fueron encontrados algunos ejemplares en el Templo de Quetzalcóatl y en la Pirámide de la Luna. Ambos hallazgos formaban parte de ofrendas de la élite teotihuacana, lo que demostró que el calupoh era un animal que poseía un importante significado espiritual y social.
Por su origen, el Calupoh es obviamente un perro fuerte y muy ágil. Los machos llegan a medir entre 62 y 75 centímetros, mientras que las hembras de 58 a 70 centímetros.
El pelaje del perro lobo mexicano es comúnmente negro, aunque se puede encontrar plateado, negro ahumado y blanco, pero su característica principal son sus impresionantes ojos amarillos o anaranjados.
La personalidad del calupoh es tranquila, suele ser noble, leal, estable y con gran tolerancia. Se acostumbran a todo tipo de actividades, por lo que suelen ser buenos acompañantes para las familias, también conviven muy bien con otros perros aunque en ocasiones suele ser reservado y tímido con personas extrañas.
Actualmente, el trabajo de rescate racial del Calupoh ya está bastante avanzado y uno de los pioneros de esto ha sido el Criadero Caliente, el cual se dedica a la promoción no solo del Calupoh, sino también del Xoloitzcuintle.
Con información de: Crónica de Xalapa