Se viralizó una campaña financiada por el gobierno de Nueva Zelanda sobre la educación sexual por la aparición de dos actores porno desnudos en un hogar para dar unas aclaraciones sobre sus videos.
En la grabación aparecen una madre con una toalla en el pelo y una taza de té en la mano, quien escucha con interés a la actriz y al actor que, en el umbral de la puerta, le comentan que han notado que su hijo los miraba en todo tipo de pantalla. Le explican que sus videos están destinados a adultos y que no representan la realidad.
En el video la madre, encarnada por la comediante Justine Smith, llama a su hijo Matt, que se lleva un buen susto al ver a los dos visitantes con caras conocidas completamente desnudos, y al final le dice que tienen que hablar sobre la diferencia entre lo que se ve en internet y las relaciones en la vida real.