Desde 2012 a 2015, el Gobierno federal le ha pagado a Tiendas Chedraui casi 657 mil 708 pesos a través de 251 contratos, consta en el Portal de Obligaciones de Transparencia (POT). La empresa, nacida en Veracruz hace 96 años, le ha cobrado incluso por “artículos de papelería” hasta dos o cuatro pesos.
Se trata de una cadena que en los últimos cinco años sólo ha tenido ganancias y buenas noticias. En 2015, a sus cuentas luminosas llegó otro beneficio: la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) le perdonó 974 mil 691 pesos de impuestos. Para Chedraui, esa cifra significa el 0.004 por ciento de las ganancias que obtuvo ese mismo año, que fueron de 20 mil 581 millones de pesos, de acuerdo conel reporte presentado a inversionistas de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV). Es decir, si se ven sus ganancias, este consorcio no tendría por qué entablar deudas con Hacienda.
Vista como historia empresarial, la de Chedraui es una de éxito. Fundada el 23 de abril de 1920 en Xalapa, Veracruz, por Lázaro Chedraui Chaya y Anita Caram de Chedraui, desde siempre ha sido una empresa controlada por los miembros de la familia.
Comenzaron su expansión por todo Veracruz y en 1985 salieron de ahí para llegar al resto de los estados del país. En 1995 hicieron su primera inversión en el extranjero, con Bodega Latina, de la que actualmente controla el 84.85 por ciento del capital. De ahí surgieron las tiendas El Súper, en Estados Unidos, de las cuales a la fecha hay 54 establecimientos que registran ventas de 20 millones 129 mil pesos.
En 2005 crearon Súper Chedraui, pequeñas tiendas para las localidades de menos de 25 mil habitantes. En 2007 abrieron 27 tiendas Chedraui y Súper Chedraui, tan sólo en México. En total ya suman 244 tiendas en 25 estados.
Sus informes financieros muestran cómo a través de los años su nivel de operaciones fue en aumento. Incluso en 2015 anunció una expansión con la apertura de 10 nuevas tiendas, de las cuales nueve estarían en México y una en Estados Unidos.
Las razones para que Chedraui no pagara casi un millón de pesos de impuestos son desconocidas. El espíritu legal de una condonación es que beneficie a quienes menos tienen y deben. El Sistema de Administración Tributaria (SAT) se apega al concepto legal del “secreto fiscal”, regido por el artículo 69 del Código Fiscal de la Federación para no informar cómo logra una empresa ser eximida de pagos.
¿QUÉ PASA DENTRO DE CHEDRAUI?
El Sindicato de Trabajadores Unidos de la Industria de Alimentos y el Comercio (UFCW, por sus siglas en inglés) ha puesto en jaque a la empresa veracruzana al denunciar las precarias condiciones laborales que Chedraui, en su filial norteamericana El Súper, ha ofrecido a los trabajadores por años. La demanda, interpuesta ante la Junta Nacional de Relaciones Laborales, se hizo bajo los esquemas de acuerdos de México y Estados Unidos en materia de comercio comercial, en específico del acuerdo laboral del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN).
Durante los últimos dos años, trabajadores de las siete tiendas sindicalizadas de El Super, han exigido mejores condiciones laborales. Durante ese mismo tiempo, la empresa ha empantanado las mesas de negociación, a pesar de que la Corte Federal le ordenó retomar el diálogo y recontratar a líderes sindicales que había despedido.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el Gobierno de Estados Unidos se han manifestado a favor de los trabajadores e incluso participarán como intermediarios en las mesas de discusión que la empresa se ha negado a reanudar.
“Compañías lucrativas que registran multimillonarias ganancias, como Chedraui, y que reciben exenciones de impuestos por parte del Gobierno federal tienen la obligación de tratar a sus empleados con dignidad y respeto”, expone Rigoberto Valdez, vicepresidente de UFCW.
Pero, ¿por qué Chedraui no tiene los mismos problemas en México? Enrique Larios Díaz, presidente del Colegio de Profesores de Derecho del Trabajo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), lo explica.
“La realidad aquí es diferente. Las prácticas utilizadas por Chedraui son las generales en todas las empresas del sector”, dice el abogado. El especialista añade que Chedraui tiene una política cuyo objetivo es obtener más ganancias a costa de pagar menos salarios.
“En esta situación, se contratan trabajadores por honorarios, que no corresponde a la materia laboral sino a la materia civil y corresponde cuando un profesionista le presta servicios a otra persona, pero en ese caso el profesionista dicta las condiciones. Aquí se engaña a los trabajadores con contratos de honorarios, pero el trabajador tiene que estar subordinado a un patrón”, afirma.
Para Enrique Larios, Chedraui puede llamar colaboradores, visitantes o usar cualquier denominación, para referirse a sus trabajadores.
“La realidad es que prestan un trabajo de manera personal y subordinada a un patrón, que no paga impuestos ni salarios con la complacencia del Gobierno. Las autoridades no van a estas empresas a verificar quiénes están trabajando y quienes no y dejan simplemente que la vida transcurra y se hacen de la vista gorda”, explica.
Al 31 de diciembre de 2015, el 45.6 por ciento de los “colaboradores” estaban representados por sindicatos. En México están afiliados a 28 sindicatos separados y las relaciones laborales con cada uno de estos sindicatos se rigen por 243 contratos colectivos de trabajo, los cuales son negociados independientemente con cada sindicato.
Para Larios, en el número de sindicatos se debe observar la calidad de los dirigentes sindicales, que no son reconocidos y que manejan contratos de protección con sindicatos de papel, que no tienen ni una representación real. Muchos de ellos están adheridos a la Confederación de Trabajadores de México (CTM) y representan “la postración ante el Gobierno federal y los patrones”.
Mediante este método –el de tener muchos contratos colectivos y muchos sindicatos–, los trabajadores jamás son notificados a qué acuerdos llegan el sindicato y los patrones, y permanecen contratos colectivos que tienen los derechos mínimos de la Ley cuando, en teoría, éstos ofrecen aún más prestaciones, según el especialista.
En el informe financiero de Chedraui, que corresponde a 2015, se lee: “Nuestro éxito depende de nuestra capacidad de retener cierto personal clave, nuestra capacidad de contratar personal clave adicional y el mantenimiento de buenas relaciones laborales”.
Chedraui tiene contratados a 37 mil 716 “colaboradores” (44 por ciento mujeres y 56 por ciento hombres) y ocho mil tres empacadores voluntarios.
Al respecto presume en el mismo informe de la BMV: “Buscamos una buena calidad de vida para nuestros colaboradores y fomentamos la convivencia familiar, personal y laboral. En este sentido, nuestro plan de compensaciones es competitivo y equitativo; garantizamos igualdad de oportunidades para todos los colaboradores en materia de contratación, capacitación, desarrollo y promociones, todo ello de acuerdo a la Ley Federal del Trabajo”.
En el caso de El Super, el UFCW representa a aproximadamente 600 empleados que laboran en siete tiendas. Esta tienda representa una cuarta parte de los ingresos netos de Chedraui y contribuye sustancialmente a la rentabilidad general de la empresa. Sin embargo, a pesar de su prosperidad, El Super se ha negado de manera consistente por tres años, a compartir esa bonanza con su planta laboral sindicalizada.
“Los trabajadores miembros del sindicato en El Super han venido luchando por más horas garantizadas para los empleados de tiempo completo, suficientes días por enfermedad pagados, un sistema justo de retiro y salarios dignos que les permitan sostener a sus familias. El Súper tiene toda la capacidad financiera para cumplir las demandas de los trabajadores pero la compañía, la cual opera bajo el control directo de Chedraui, no ha cumplido con esa responsabilidad. Chedraui no amerita las ventajas fiscales que el Gobierno de México le otorga”, comenta Rigoberto Valdez, líder del UFCW.
LAS LUMINOSAS CUENTAS
El Consejo de Administración de esta empresa está integrado por José Antonio Chedraui Eguia, como director general, y su padre, Alfredo Chedraui Obeso, quien es miembro del Consejo de la empresa desde su constitución, y de Bodega Latina Corporation desde 1997.
Para la revista Forbes, la de los Chedraui es una “fortuna de familia”, muy común en México. En 2014, esta revista los incluyó dentro de las 37 familias más ricas de México, entre la cuales suman 180 mil millones de dólares de patrimonio, el equivalente al 15 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Los Chedraui fueron ubicados en el sitio 19 con una riqueza de 2 mil millones de dólares y Alfredo Chedraui llegó a la lista de multimillonarios en 2013.
Hay otros personajes que fungen como consejeros propietarios: Julio Gutiérrez Mercadillo, quien ha sido presidente de Starbucks Coffee en Europa, Medio Oriente y África y previamente fue presidente de Wal-Mart en Argentina; Olegario Vázquez Aldir, quien forma parte del Consejo desde 2004; Alejandro Ramírez Magaña, director general de Cinépolis; Agustín Irurita Pérez, miembro del Consejo de Administración de diversas compañías en México, tales como Grupo Bimbo, S.A.B. de C.V., Afianzadora Aserta, S.A. de C.V. y Fincomún, S.A. de C.V., y Guillermo Ortiz Martínez, ex Secretario de Hacienda de México, ex representante de México ante el Fondo Monetario Internacional y ex Gobernador del Banco de México.
Actualmente Chedraui tiene en circulación 963 millones 917 mil 211 acciones en la Bolsa Mexicana de Valores, que se cotizan en un precio promedio 52.82 pesos. El Súper Chedraui significó el 25.6 por ciento de los ingresos consolidados de 2015.
En el último año, la empresa alcanzó un valor de capitalización de 44 mil 282 millones de pesos. El 74 por ciento de sus ingresos proviene de México y el 26 por ciento de Estados Unidos.
LAS ACCIONES DE CARIDAD
La fundación que lleva su nombre, contribuye a dotar de hogares dignos a familias mexicanas de escasos recursos y sin acceso a créditos para la adquisición de vivienda. Donó también cinco millones 438 mil 857 kilos de alimentos durante 2015 y dio becas a alumnos de la Universidad Veracruzana.
Una de sus causas sociales en los que se han visto más comprometidos es que han empleado a menores de edad y adultos mayores como empacadores. Se ha demostrado que de eso obtienen ingresos, ya que es un servicio necesario de la tienda, pero emplean a personal sin contratarlos y ni mucho menos darles un salario. Estas personas viven tan sólo de propinas.
“En las palabras, Chedraui es altruista. Son tan dadivosos que ellos les dan (a menores de edad y ancianos) todas las facilidades para que ellos trabajen, pero no. Están viviendo del trabajo de las personas de manera gratuita. Estas personas lógicamente ya tienen un trabajo, aparentemente son muy buenas personas para darles el empleo, pero no pagan nada. ¿Cuál es la bondad? Sólo decir: ‘yo les doy trabajo’, porque realmente ellos dan un servicio que la empresa debe dar”, dice Enrique Larios Díaz.
Uno de los casos más emblemáticos ocurrió en 2010, cuando estuvieron inmiscuidos en una denuncia de lavado de dinero y enriquecimiento ilícito con Consupago, un Sistema de Crédito Paguitos que opera dentro de todas las tiendas Chedraui. Se trata de créditos que se van descontando vía nómina. Su eslogan es: “Cumplimos sueños con nuestras soluciones financieras”.
Según su portal en la Internet, para 2008 contaba con más de mil millones en cartera, “con crecimientos anuales por arriba del 200 por ciento”.
En Sociedad Financiera de Objeto Múltiple (Sofome) trabajó José Manuel Díaz Flores, quien fuera acusado de lavado de dinero y delincuencia organizada con Elba Esther Gordillo. De acuerdo con el SAT, Díaz Flores ingresó a la empresa una actividad denominada “otros servicios de apoyo a los negocios”, con los que tuvo ingresos 100 por ciento superiores a los reportados, que fueron de 1 millón 031 mil 927 pesos, cuando en realidad eran de 32 millones 361 mil 258 pesos.
Se trata de una cadena que en los últimos cinco años sólo ha tenido ganancias y buenas noticias. En 2015, a sus cuentas luminosas llegó otro beneficio: la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) le perdonó 974 mil 691 pesos de impuestos. Para Chedraui, esa cifra significa el 0.004 por ciento de las ganancias que obtuvo ese mismo año, que fueron de 20 mil 581 millones de pesos, de acuerdo conel reporte presentado a inversionistas de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV). Es decir, si se ven sus ganancias, este consorcio no tendría por qué entablar deudas con Hacienda.
Vista como historia empresarial, la de Chedraui es una de éxito. Fundada el 23 de abril de 1920 en Xalapa, Veracruz, por Lázaro Chedraui Chaya y Anita Caram de Chedraui, desde siempre ha sido una empresa controlada por los miembros de la familia.
Comenzaron su expansión por todo Veracruz y en 1985 salieron de ahí para llegar al resto de los estados del país. En 1995 hicieron su primera inversión en el extranjero, con Bodega Latina, de la que actualmente controla el 84.85 por ciento del capital. De ahí surgieron las tiendas El Súper, en Estados Unidos, de las cuales a la fecha hay 54 establecimientos que registran ventas de 20 millones 129 mil pesos.
En 2005 crearon Súper Chedraui, pequeñas tiendas para las localidades de menos de 25 mil habitantes. En 2007 abrieron 27 tiendas Chedraui y Súper Chedraui, tan sólo en México. En total ya suman 244 tiendas en 25 estados.
Sus informes financieros muestran cómo a través de los años su nivel de operaciones fue en aumento. Incluso en 2015 anunció una expansión con la apertura de 10 nuevas tiendas, de las cuales nueve estarían en México y una en Estados Unidos.
Las razones para que Chedraui no pagara casi un millón de pesos de impuestos son desconocidas. El espíritu legal de una condonación es que beneficie a quienes menos tienen y deben. El Sistema de Administración Tributaria (SAT) se apega al concepto legal del “secreto fiscal”, regido por el artículo 69 del Código Fiscal de la Federación para no informar cómo logra una empresa ser eximida de pagos.
¿QUÉ PASA DENTRO DE CHEDRAUI?
El Sindicato de Trabajadores Unidos de la Industria de Alimentos y el Comercio (UFCW, por sus siglas en inglés) ha puesto en jaque a la empresa veracruzana al denunciar las precarias condiciones laborales que Chedraui, en su filial norteamericana El Súper, ha ofrecido a los trabajadores por años. La demanda, interpuesta ante la Junta Nacional de Relaciones Laborales, se hizo bajo los esquemas de acuerdos de México y Estados Unidos en materia de comercio comercial, en específico del acuerdo laboral del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN).
Durante los últimos dos años, trabajadores de las siete tiendas sindicalizadas de El Super, han exigido mejores condiciones laborales. Durante ese mismo tiempo, la empresa ha empantanado las mesas de negociación, a pesar de que la Corte Federal le ordenó retomar el diálogo y recontratar a líderes sindicales que había despedido.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el Gobierno de Estados Unidos se han manifestado a favor de los trabajadores e incluso participarán como intermediarios en las mesas de discusión que la empresa se ha negado a reanudar.
“Compañías lucrativas que registran multimillonarias ganancias, como Chedraui, y que reciben exenciones de impuestos por parte del Gobierno federal tienen la obligación de tratar a sus empleados con dignidad y respeto”, expone Rigoberto Valdez, vicepresidente de UFCW.
Pero, ¿por qué Chedraui no tiene los mismos problemas en México? Enrique Larios Díaz, presidente del Colegio de Profesores de Derecho del Trabajo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), lo explica.
“La realidad aquí es diferente. Las prácticas utilizadas por Chedraui son las generales en todas las empresas del sector”, dice el abogado. El especialista añade que Chedraui tiene una política cuyo objetivo es obtener más ganancias a costa de pagar menos salarios.
“En esta situación, se contratan trabajadores por honorarios, que no corresponde a la materia laboral sino a la materia civil y corresponde cuando un profesionista le presta servicios a otra persona, pero en ese caso el profesionista dicta las condiciones. Aquí se engaña a los trabajadores con contratos de honorarios, pero el trabajador tiene que estar subordinado a un patrón”, afirma.
Para Enrique Larios, Chedraui puede llamar colaboradores, visitantes o usar cualquier denominación, para referirse a sus trabajadores.
“La realidad es que prestan un trabajo de manera personal y subordinada a un patrón, que no paga impuestos ni salarios con la complacencia del Gobierno. Las autoridades no van a estas empresas a verificar quiénes están trabajando y quienes no y dejan simplemente que la vida transcurra y se hacen de la vista gorda”, explica.
Al 31 de diciembre de 2015, el 45.6 por ciento de los “colaboradores” estaban representados por sindicatos. En México están afiliados a 28 sindicatos separados y las relaciones laborales con cada uno de estos sindicatos se rigen por 243 contratos colectivos de trabajo, los cuales son negociados independientemente con cada sindicato.
Para Larios, en el número de sindicatos se debe observar la calidad de los dirigentes sindicales, que no son reconocidos y que manejan contratos de protección con sindicatos de papel, que no tienen ni una representación real. Muchos de ellos están adheridos a la Confederación de Trabajadores de México (CTM) y representan “la postración ante el Gobierno federal y los patrones”.
Mediante este método –el de tener muchos contratos colectivos y muchos sindicatos–, los trabajadores jamás son notificados a qué acuerdos llegan el sindicato y los patrones, y permanecen contratos colectivos que tienen los derechos mínimos de la Ley cuando, en teoría, éstos ofrecen aún más prestaciones, según el especialista.
En el informe financiero de Chedraui, que corresponde a 2015, se lee: “Nuestro éxito depende de nuestra capacidad de retener cierto personal clave, nuestra capacidad de contratar personal clave adicional y el mantenimiento de buenas relaciones laborales”.
Chedraui tiene contratados a 37 mil 716 “colaboradores” (44 por ciento mujeres y 56 por ciento hombres) y ocho mil tres empacadores voluntarios.
Al respecto presume en el mismo informe de la BMV: “Buscamos una buena calidad de vida para nuestros colaboradores y fomentamos la convivencia familiar, personal y laboral. En este sentido, nuestro plan de compensaciones es competitivo y equitativo; garantizamos igualdad de oportunidades para todos los colaboradores en materia de contratación, capacitación, desarrollo y promociones, todo ello de acuerdo a la Ley Federal del Trabajo”.
En el caso de El Super, el UFCW representa a aproximadamente 600 empleados que laboran en siete tiendas. Esta tienda representa una cuarta parte de los ingresos netos de Chedraui y contribuye sustancialmente a la rentabilidad general de la empresa. Sin embargo, a pesar de su prosperidad, El Super se ha negado de manera consistente por tres años, a compartir esa bonanza con su planta laboral sindicalizada.
“Los trabajadores miembros del sindicato en El Super han venido luchando por más horas garantizadas para los empleados de tiempo completo, suficientes días por enfermedad pagados, un sistema justo de retiro y salarios dignos que les permitan sostener a sus familias. El Súper tiene toda la capacidad financiera para cumplir las demandas de los trabajadores pero la compañía, la cual opera bajo el control directo de Chedraui, no ha cumplido con esa responsabilidad. Chedraui no amerita las ventajas fiscales que el Gobierno de México le otorga”, comenta Rigoberto Valdez, líder del UFCW.
LAS LUMINOSAS CUENTAS
El Consejo de Administración de esta empresa está integrado por José Antonio Chedraui Eguia, como director general, y su padre, Alfredo Chedraui Obeso, quien es miembro del Consejo de la empresa desde su constitución, y de Bodega Latina Corporation desde 1997.
Para la revista Forbes, la de los Chedraui es una “fortuna de familia”, muy común en México. En 2014, esta revista los incluyó dentro de las 37 familias más ricas de México, entre la cuales suman 180 mil millones de dólares de patrimonio, el equivalente al 15 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Los Chedraui fueron ubicados en el sitio 19 con una riqueza de 2 mil millones de dólares y Alfredo Chedraui llegó a la lista de multimillonarios en 2013.
Hay otros personajes que fungen como consejeros propietarios: Julio Gutiérrez Mercadillo, quien ha sido presidente de Starbucks Coffee en Europa, Medio Oriente y África y previamente fue presidente de Wal-Mart en Argentina; Olegario Vázquez Aldir, quien forma parte del Consejo desde 2004; Alejandro Ramírez Magaña, director general de Cinépolis; Agustín Irurita Pérez, miembro del Consejo de Administración de diversas compañías en México, tales como Grupo Bimbo, S.A.B. de C.V., Afianzadora Aserta, S.A. de C.V. y Fincomún, S.A. de C.V., y Guillermo Ortiz Martínez, ex Secretario de Hacienda de México, ex representante de México ante el Fondo Monetario Internacional y ex Gobernador del Banco de México.
Actualmente Chedraui tiene en circulación 963 millones 917 mil 211 acciones en la Bolsa Mexicana de Valores, que se cotizan en un precio promedio 52.82 pesos. El Súper Chedraui significó el 25.6 por ciento de los ingresos consolidados de 2015.
En el último año, la empresa alcanzó un valor de capitalización de 44 mil 282 millones de pesos. El 74 por ciento de sus ingresos proviene de México y el 26 por ciento de Estados Unidos.
LAS ACCIONES DE CARIDAD
La fundación que lleva su nombre, contribuye a dotar de hogares dignos a familias mexicanas de escasos recursos y sin acceso a créditos para la adquisición de vivienda. Donó también cinco millones 438 mil 857 kilos de alimentos durante 2015 y dio becas a alumnos de la Universidad Veracruzana.
Una de sus causas sociales en los que se han visto más comprometidos es que han empleado a menores de edad y adultos mayores como empacadores. Se ha demostrado que de eso obtienen ingresos, ya que es un servicio necesario de la tienda, pero emplean a personal sin contratarlos y ni mucho menos darles un salario. Estas personas viven tan sólo de propinas.
“En las palabras, Chedraui es altruista. Son tan dadivosos que ellos les dan (a menores de edad y ancianos) todas las facilidades para que ellos trabajen, pero no. Están viviendo del trabajo de las personas de manera gratuita. Estas personas lógicamente ya tienen un trabajo, aparentemente son muy buenas personas para darles el empleo, pero no pagan nada. ¿Cuál es la bondad? Sólo decir: ‘yo les doy trabajo’, porque realmente ellos dan un servicio que la empresa debe dar”, dice Enrique Larios Díaz.
Uno de los casos más emblemáticos ocurrió en 2010, cuando estuvieron inmiscuidos en una denuncia de lavado de dinero y enriquecimiento ilícito con Consupago, un Sistema de Crédito Paguitos que opera dentro de todas las tiendas Chedraui. Se trata de créditos que se van descontando vía nómina. Su eslogan es: “Cumplimos sueños con nuestras soluciones financieras”.
Según su portal en la Internet, para 2008 contaba con más de mil millones en cartera, “con crecimientos anuales por arriba del 200 por ciento”.
En Sociedad Financiera de Objeto Múltiple (Sofome) trabajó José Manuel Díaz Flores, quien fuera acusado de lavado de dinero y delincuencia organizada con Elba Esther Gordillo. De acuerdo con el SAT, Díaz Flores ingresó a la empresa una actividad denominada “otros servicios de apoyo a los negocios”, con los que tuvo ingresos 100 por ciento superiores a los reportados, que fueron de 1 millón 031 mil 927 pesos, cuando en realidad eran de 32 millones 361 mil 258 pesos.