La región del Desierto de Altar ha sufrido una escalada de violencia tras los enfrentamientos en Magdalena de Kino. El gran botín es: El desierto de Sonora colindante con la reserva de la tribu Tohono O’odham, conocidos como Pápagos.
La disputa por el control de la frontera norte de Sonora se ha trasladado al Desierto de Altar, entre Caborca y Pitiquito, un territorio bajo el dominio de Rafael Caro Quintero, R1.
En esta región noroeste de la entidad, a unos 267 kilómetros de Hermosillo, hace unos días se vivió una cruenta jornada con cuatro gatilleros abatidos y un policía acribillado en una emboscada.
Este martes y miércoles se registraron otras cinco ejecuciones: En Caborca, se encontró a tres hombres sin vida sobre las vías del ferrocarril, dos de ellos, decapitados y mutilados por el tren.
Informes periodísticos de la región detallan que el hallazgo se dio a las 15:30 horas del martes, en el crucero La Kloaca, kilómetro 340 + 660, del tramo ferroviario Mexicali-Benjamín Hill, a unos metros de la estación Las Enchilayas.
Los cuerpos tenían signos de tortura y fueron dejados sobre las vías, a merced del paso del tren.
Unas horas más tarde, casi al anochecer del martes, en Pitiquito, fueron encontrados otros dos cadáveres en el cerro conocido como El Picudo.
Los hombres -aún sin identificar- portaban ropa táctica, se les detectaron múltiples impactos de arma de fuego y presentaban signos de haber sido ejecutados hacía dos o tres días.
La región del Desierto de Altar ha sufrido una escalada de violencia tras los enfrentamientos en Magdalena de Kino. El gran botín es: El desierto de Sonora colindante con la reserva de la tribu Tohono O’odham, conocidos como Pápagos.
Son unos 97 kilómetros de frontera entre México y Estados Unidos que no cuentan con muro fronterizo y se convierte en el jugoso reto por el cual apostarlo todo.
Rafael Caro Quintero, el llamado Narco de narco, mantiene relaciones familiares y estratégicas con la familia Páez y su brazo armado La Barredora 24/7; además que están bajo su mando facciones del Cártel de Jalisco Nueva Generación y La Línea, de Chihuahua.
FUENTE/PROCESO