Cómo se puede mezclar el 10 de Mayo con Morena, pudiera ser una pregunta absurda pero aseguro que hay respuesta. Inicio con esto, porque este día en muchos lugares, han de estar festejando a la “autora de sus días”, dijera Memín Pingüín.
En la historia de nuestro entorno, quizás la madre más recordada no sea María, sino la de Enrique Peña Nieto o en fechas recientes, hasta la pobre progenitora de Ricardo Alemán.
También está Eva (y no Cadena) considerada por algunos como Madre de la Humanidad. Doña Florinda sigue siendo un icono en el que es seguro, muchos hijos vean reflejada a su madre. ¡Ah! ¡Ojo! Y hablamos de un fenómeno social que en estos últimos años ha sido hasta bandera política: las madres solteras. Siempre han estado allí, pero recientemente tomaron auge, fuerza y por qué no decirlo, hasta un valor electoral.
Tengo la teoría que muchas de nuestras madres fueron educadas para ser tales a partir de las telenovelas y películas de hace años (y recientes): mujeres abnegadas, capaz de cargar el dolor del mundo sin chistar cual San Cristóbal, todo por su familia y por supuesto, sus hijos. Libertad Lamarque en algunas de sus películas lo explicaría mejor.
Por supuesto, cuando hablo de “educación por tele” me refiero a condicionar la respuesta que debe haber ante un escenario similar, por ejemplo: el marido llega con una joven y la presenta como su hija ante su familia. La escena siguiente es que la madre se desmorona y los hijos exhiben una cara de rechazo. Luego entonces, en la vida real, se concluía que así se debería de reaccionar.
La Madre es uno de los elementos más sagrados en nuestra idiosincrasia y quizás uno de los últimos en una época donde los valores se han mutado… afortunadamente la Madre aún se mantiene en nuestro lenguaje coloquial y de distintos modos y acepciones que van desde “¡A toda madre!”, “¡Poca madre!”, “¡Qué madrazo!”, “¡Es una madrecita!”, “¡Mamacita!” y el consiguiente “¡Mamazota!”, y un largo etcétera que puede concluir con un “¡Chinga tu madre!”, en su momento, la ofensa más terrible que cualquier mexicano que se preciara de ser bien nacido, estaba obligado a responder ¿con qué cree? ¡a madrazos!
Allá por los 70, quien “mentaba la madre” estaba consciente de que su insulto tenía que lavarse a golpes… ahora es tan común entre los jóvenes que se “mienten la madre”, que se digan “pendejo” y lo más dulce es “wey”. ¿Por qué? ¡Sepa!
Analizando la “mentada de madre”, su expresión era un ataque directo a la psique del individuo que (quizás sin saberlo, sólo como un patrón aprendido en el seno familiar) respondía ofendido como si le hubieran dicho algo así como “¡Ten relaciones sexuales con tu madre!”
Las veces que me “mentaron la madre” en mi niñez, jamás necesité de un psicólogo porque realmente nunca tuve en mi mente la escena edipista… quizás por eso es que la mayoría de mis confrontaciones fueron por otras causas, menos por mi madre.
Bueno, pero ya llegamos al punto donde les cuestionaba la extraña relación entre el 10 de Mayo y Morena. Pues resulta que en reciente reunión que hubo entre empresarios del ramo hotelero de Xalapa con el director de Turismo municipal, Luis Eduardo Ross Martínez, los ánimos se caldearon tanto que empezaron a alzarse la voz pero el que llegó a la catarsis total fue el funcionario municipal que, dirigiéndose a uno de los hoteleros, le sorrajó ante la sorpresa de todos un “¡Chinga tu madre!”, por lo que de plano, hubo sensatos que tomaron al morenista y lo retiraron del lugar mientras que el empresario ofendido qué creen que hacía… ¡echaba madres!
Así que si en el próximo “puente” que creo es el Día del Maestro, llego a pedir apoyo del director de Turismo municipal de Xalapa para ver a dónde puedo ir… en una de ésas ¡me manda a la Chingada!, como buen Morenista.