Era el día de los Santos Inocentes, 28 de diciembre de 2017. Seis hombres y tres mujeres se enfilaron al Banco, entraron a la sucursal y cada uno depositó 50 mil pesos en efectivo. Una vez hecho el depósito, salían por más dinero; volvían a dirigirse a la caja y hacían otro depósito. Con ese modus operandi depositaron 1.4 millones de pesos en efectivo en 20 minutos.
Si esta operación le parece extraña, más extraño resulta la repetición del mismo esquema a lo largo de una semana en otras diez sucursales bancarias que alcanzó los 44 millones de pesos depositados.
Esta historia no es para hacerlo inocente a usted, sino es parte de la investigación que posee el INE donde comprueba que el 56 por ciento del monto total que obtuvo el fideicomiso “Por Los Demás” (el cual por cierto, entre sus cláusulas, tiene expresamente prohibido el uso de dinero en efectivo) fue realizado con este esquema y que el mismo Instituto considera, de acuerdo a conexiones que detectó, está vinculado con el Partido Morena y el pasado Proceso Electoral.
El INE supone que el partido se financió de esta manera paralela y la multa correspondiente es por omitir información en su reporte de ingresos y principalmente por rebasar el límite de aportaciones en efectivo para un partido. Recordemos que en esta forma de Fiscalización del Proceso Electoral, al hacer una donación era necesario reportar el nombre del donante, pues está prohibido recibir dinero de personas desconocidas y de empresas.
¿Por qué? La respuesta es simple: Para evitar que los partidos reciban dinero de procedencia ilícita.
Aclaro, no quiero decir que se haya lavado dinero, pero el esquema utilizado para depositar 44 millones en efectivo deja mucho que desear. ¿De quién era ese recurso? Por lo pronto se viola el artículo 15 de la Ley General en Materia de Delitos Electorales que a la letra dice: “Se impondrá de mil a cinco mil días multa y de cinco a quince años de prisión al que por sí o por interpósita persona realice, destine, utilice o reciba aportaciones de dinero o en especie a favor de algún precandidato, candidato, partido político, coalición o agrupación política cuando exista una prohibición legal para ello, o cuando los fondos o bienes tengan un origen ilícito, o en montos que rebasen los permitidos por la ley.
La pena prevista en el párrafo anterior, se aumentará hasta en una mitad más cuando la conducta se realice en apoyo de una precampaña o campaña electoral”.
Ahora bien, Morena no es el único que ha recibido esa sanción por haber violado la ley electoral; recordemos los casos de El Pemexgate (con multa por mil millones de pesos) por utilizar dinero del sindicato petrolero en la campaña de Francisco Labastida; al PAN y su candidato Vicente Fox, por el financiamiento ilegal que ingresó recursos a la campaña a través de donativos de empresas y dinero del extranjero, lo que se conoció como Los Amigos de Fox; su mjlta fue de 545 millones de pesos. En las elecciones del 2012 recordemos la utilización de monederos Monex donde se multó al PRI con 98 millones de pesos.
A propósito de los monederos y de la campaña 2012, hasta Veracruz aportó 15 millones de pesos a la campaña de Enrique Peña Nieto a través de una red de empresas fantasma que encabezó Asismex. Todo esto se conoció gracias a la Fiscalización que hace Hacienda, el SAT y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores. Entonces ¿Por qué nos espantamos de que ahora salga una multa al partido Morena? Si violó la ley, pues debe multársele al igual que se hace a cualquiera que lo haga.
Al respecto, el Presidente electo Andrés Manuel López Obrador salió a la palestra a enfrentar la situación (acción desde mi punto de vista políticamente incorrecta, pues les hubiera dejado el caso a los abogados de Morena y que ellos se echaran el tiro ante el Tribunal electoral federal). Subió a sus redes sociales los datos de la transferencia que hizo su esposa Beatriz Gutiérrez Müeller al Fideicomiso Por Los Demás. Pero el asunto no es la transferencia que hizo Beatriz, porque de ello están todos los datos del donante. Lo cuestionable es ¿Quién hizo ese millonario depósito en abonos? ¿Por qué lo hicieron en ese esquema? ¿Para no dejar rastro?
Ahora bien, actualmente la Reforma Fiscal ha hecho que todos, absolutamente todos los que desarrollan una actividad empresarial y rebasen los 2 millones de pesos de ingresos anuales, deben pagar sus gastos con cheque, transferencia bancaria o tarjeta electrónica con la finalidad de identificar el rastro de los recursos. Entonces ¿cómo es posible que se le permita a un Fideicomiso y más cuando es de ayuda a los damnificados, manejar tantos recursos en efectivo?
Con las declaraciones del Presidente Electo al decir que Hacienda y el INE tienen un complot en su contra, simplemente crea un escenario de rechazo hacia estas Instituciones de las personas que no entienden los procesos de fiscalización y la gran labor que ha tenido Hacienda en detectar La Estafa Maestra, Las Empresas Fantasma, La Red de Monederos Monex y hasta Odebrecht.
Si no revira sus declaraciones, simplemente tendremos un retroceso en materia de inteligencia financiera y entonces ya no habrá multas de nada, pues todo en este país será un “compló”.