Tenía moretones en toda la espalda; el brazo, muy hinchado. Estaba esperando consulta en una clínica del IMSS a la cual la habían canalizado después de que fuera a parar a Urgencias del mismo Instituto. Una ambulancia tuvo que ir por ella hasta su propio domicilio, pues no podía respirar y le costaba moverse. A pregunta del doctor sobre qué le había sucedido, ella respondió que “se había caído”.
Aprovechó una ida al baño para encontrarse con una amiga que tambien había ido a consulta y contarle que su esposo la había golpeado, rompiéndole una escoba en la espalda. Tuvo que platicarlo casi a escondidas pues el infame tipo todavía la acompañó a que le curaran las heridas que él mismo le había propiciado días antes.
Ya en la antesala, su amiga le pidió el teléfono. Él oportunamente se lo escribió mal en un papel. Ella se percató y corrigió el número.
Cómo sacarla del círculo de violencia. Ella no trabaja y todo indica que su mayor miedo es que la acuse de abandono de hogar y se quede sin un lugar para vivir.
Al otro día, le marcó a su celular para que acudiera al Instituto Veracruzano de las Mujeres, sin embargo dijo que su esposo aún no se iba a trabajar. Pasó otro día y volvió a marcarle para llevarla al IVM. Ella le comentó que estaba en el IMSS con su esposo. La había acompañado porque le dolía la cabeza y una pierna.
Esta es una historia que se repite en muchas mujeres en todo el país… mujeres que no se han dado cuenta o no quieren darse cuenta de que están con una persona violenta como pareja; o en el mejor de los casos, ya se han separado, pero falta mucho trabajo de las Instituciones y nosotros como sociedad para evitar el caso de otra Hortensia, la mujer balaceada por su pareja cuando amamantaba a su hijo.
¿Qué hubiera pasado si Hortensia hubiera recibido apoyo del DIF Municipal de Minatitlán? Seguramente sus cuatro hijos estarían con su madre.
Veracruz es uno de los estados con más población, con más feminicidios y violencia contra la mujer y que no cuenta aún con un Centro de Justicia y un Refugio Estatal para las Mujeres. En mi columna del pasado lunes planteaba cómo la administración de Javier Duarte había recibido los recursos federales y no había hecho nada al respecto. La buena noticia es que antes de que finalice el año seguramente entrará en funciones el Centro de Justicia Estatal. Pero ¿y el refugio?
Actualmente también se está construyendo, ya que el Instituto Veracruzano de las Mujeres carece de un espacio físico para proteger a quienes sufren de violencia familiar, sexual o trata. Además, a las mujeres se les brindará las herramientas especializadas para empoderarlas y lograr que salgan completamente de la espiral de violencia en las que se encuentran inmersas, tanto ellas como sus hijas e hijos, si es que los tienen.
Por obvias razones, no damos a conocer el domicilio, pero ya se construye un edificio de 5 niveles. El espacio tiene casi mil 575 metros cuadrados y tendrá aparte de las áreas generales, una administrativa con módulo de vigilancia, sala de espera, recepción y hasta una sala de juntas. El área de Servicio tendrá comedor, cocina, alacena, cuarto de lavado, tendido, ropería, guarda de blancos y servicios sanitarios.
La sala de atención contará con servicio médico, apoyo psicológico, trabajo social, apoyo jurídico, área de niños, espacio lúdico y salón de usos múltiples.
Las áreas exteriores estarán integradas por estacionamiento, juegos infantiles, hortalizas y jardines.
En el área de descanso habrá 16 dormitorios para cinco personas, baños completos compartidos por cada 4 dormitorios.
El 30 de enero de 2018, personal del IVM acudió para una visita técnica con la licenciada Wendy H. Figueroa Morales, Directora General de la Red Nacional de Refugios pues se pretende que el refugio estatal pertenezca a la red nacional, por lo tanto debe acatar las especificaciones técnicas que se le indiquen, entre las que destacan la colocación de regaderas especiales adosadas a la pared, los dormitorios no deben tener pantallas de televisión, los dormitorios y baños no deberán tener chapas en sus puertas, y lo más importante: el domicilio, teléfono y actividad que se realizará en el mismo, será estrictamente confidencial y bajo ningún concepto se deberá hacer pública su localización, ello de conformidad con lo dispuesto por el artículo 29 de la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia para el Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave.
Este refugio nunca será suficiente ante los índices de violencia que padecemos las mujeres, pero como mínimo recibirá a 64 víctimas, que con sus hijas e hijos podrán atenderse (refugiarse) al año, considerando la estancia en el inmueble hasta por 3 meses; de ser menor el tiempo de estancia para su recuperación, se podrá atender proporcionalmente a un mayor número de víctimas.
Mientras, una amiga preocupada llama insistentemente a aquella mujer, que con marido al lado, llegó al IMSS en espera de ser atendida por una lamentable “caída”.